Una nueva reforma impositiva sería intolerable. Las mayorías no soportan más impuestos. Es lo mismo que decir que un aumento en los medios de subsistencia. Un reajuste impositivo lanzaría al hambre y la desesperación a casi todos los dominicanos.
Por Manuel Hernández Villeta
Los impuestos se han reajustado en los últimos años en contra del mejor bienestar de la clase media y los pobres. Los grandes empresarios se han convertido en agentes retenedores de ese impuesto, que en todo caso, como el ITBIS, se cobra a los consumidores y después se entrega al gobierno.
Ningún nuevo impuesto o modifcación de los existentes, puede caer sobre los hombros de una mayoría que ya se encuentra desesperada. No se le puede aplicar más impuesto a la comida, y mucho menos, si queremos la revolución cultural, al internet o la televisión por cable.
Lo que se debe pensar es en eliminar hasta donde sea posible el impuesto que pagan los consumidores por el Internet o el cable, para abaratar su costo. Hoy es un sacrificio una familia tener el cable, o el internet, y un lujo de pocos tenerlos a los dos.
Los impuestos que si se podrían reajustar son los que se cargan a la ganancia de los capitalistas, pero, y este pero si vale, no hay ahora mismo capacidad de fiscalización, por lo que en vez de ir a las ganancias de los empresarios será cargada al consujmdior.
Ya se da el caso de que impunemente los empresarios cuando le suben los impuestos, también reajustan los precios de los artículos que procesan o distribuyen. De hecho, penalizan al consumidor final, con lo que debe ser una obligación de los que tienen gran capital.
Si desde el gobierno no hay una amplia fiscalización de que los reajustes impositivos sean centralizados sobre las ganancias del gran capital, lo mejor es dejar las cosas como están. De hecho, se deben desmantelar aquellos impuestos que lesionan directamente a los grupos frágiles de la población.
Los libros, las medicinas, los alimentos básicos, la ropa barata, no deben pagar tantos impuestos. Se habla en algunos sectores de que se deben reajustar impuestos, sin tomar en cuenta que si esa medida se ejecuta, sería elevar el costo de la vida por encima de las posibilidades de existencia de la mayoría de los dominicanos.
Prudencia en este caso. El Presidente Danilo Medina da demostraciones de actuar con mesura y responsabilidad y él sabe el daño que puede hacer un reajuste impositivo sin fiscalización y sin estar centralizado en las ganancias del gran capital.
No es hora de reajustes de impuestos, sino de que los que más tienen paguen su cuota de sacrificio social.