Washington, 7 jun (PL) La Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos informó hoy que su telescopio Spitzer captó una supernova muy rara que se formó al absorber la energía de un planeta vecino.
Una supernova es una explosión de una estrella en el fin de su vida; no todos esos sistemas detonan de la misma forma, una de las más frecuentes es la explosión de enanas blancas.
Es un tipo tan consistente que los astrónomos lo usan para estudiar la expansión del Universo.
El telescopio Spitzer ayudó a los astrónomos a establecer que la supernova N103B estalló hace entre mil y unos 160 mil años luz de la Tierra en la Gran Nube de Magallanes.
La misma nació cuando una enana blanca absorbió el gas de una vecina gigante roja.
Hasta este descubrimiento se conocía solo una supernova que se formó de la misma forma: la supernova de Kepler (bautizada por el nombre del astrónomo Johannes Kepler que la observó en 1604).
N103B es como una hermana mayor de la supernova de Kepler, señalaron los astrónomos de la NASA, y añadieron que, a diferencia de ella, no han logrado hallar testimonios históricos de su explosión.
El descubrimiento demuestra la complejidad de las explosiones espaciales y los factores que las inician. Lo que lleva a una estrella muerta a estallar todavía es en gran parte un misterio, admitió la agencia espacial estadounidense.
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