Reportes de medios extranjeros señalan que los milicianos del grupo y otros asociados penetraro a Tikrit, la capital de la provincia Saladino, donde también intentan hacerse con una importante refinería.
La situación ha hecho que las tropas de la vecina región autónoma de Kurdistán se mantenga en alerta ante la posibilidad de que el Gobierno central pida su ayuda para recuperar Mosul, una decisión que sin duda tendría un elevado coste político para Nuri al Maliki, justo cuando intenta asegurarse un tercer mandato como primer ministro.
Los reportes hablan de la situación que reina en la población. Indican que muchas familias que permanecen en sus casas no tienen ni electricidad ni agua corriente.
El paiís.com reporta que a media tarde del miércoles, fuentes oficiales admitían que los insurgentes habían logrado invadir varios barrios de la ciudad de Tikrit y, según la agencia iraquí NINA, quemaron la sede de la gobernación tras haberla tomado sin resistencia.
Tikrit está situada a 150 kilómetros de Bagdad y es famosa porque en sus cercanías nació el depuesto dictador Saddam Husein, Tikrit es la capital de la provincia de Saladino, donde los yihadistas han instalado sus banderas negras otras localidades más pequeñas, e intentaban hacerse con la refinería de Baiji, tras garantizar a los 250 policías que la vigilan que pueden irse si deponen las armas.
Señala la información que al poco más al Este, en la provincia de Kirkuk, los rebeldes ejecutaron sumariamente a 15 miembros de las fuerzas de seguridad, en las zonas que conquistaron ayer, informa France Presse.
También se ha sabido que en Mosul tienen secuestrado al cónsul turco, su familia y algunos colaboradores. Pero la mayoría de la población no espera a ver cuáles son las intenciones de esos extremistas que aspiran a refundar el Califato entre el Tigris y el Mediterráneo, y cuya brutalidad en Siria, donde también operan, les ha granjeado la condena de Al Qaeda en la que se inspiraron.