Investigadores franceses han recomendado moderación en el uso de los teléfonos móviles o celulares, pues de acuerdo a un estudio su uso intensivo puede favorecer la aparición de tumores benignos o malignos
A la conclusión se llegó tras una encuesta sobre el impacto de los factores ambientales y laborales en el sistema nervioso central (SNC) en la que se estableció la existencia de un vínculo entre usuarios intensivos de los teléfonos móviles.
El estudio dirigido por Gaëlle Coureau, del Instituto de Salud Pública, Epidemiología y Desarrollo, de la Universidad de Burdeos, consistió en el análisis de datos de 447 personas con tumores (253 gliomas y 194 meningiomas), diagnosticados entre junio de 2004 y mayo de 2006.
Las referencias fueron cruzadas con las de un conjunto dos veces más mayor de sujetos tomados al azar en la población.
Se concluyó que en principio, estadísticamente no hubo ninguna diferencia entre quienes eran usuarios o no de los teléfonos portátiles.
Pero el análisis encontró una una asociación en el desarrollo de gliomas o meningiomas en las personas que llamaron por teléfono celular al menos 896 horas en el curso de su vida, así como tumores malignos en quienes habían acumulado más de 18 mil 360 horas.
El estudio consigna que las conclusiones no permiten definir un nivel de riesgo en la aparición de tumores, pero sugieren la moderación para reducirlo o evitarlo.
Empero, la asociación francesa Priartem, que milita contra los peligros de las radiofrecuencias, precisa que el uso intensivo al que hace referencia el estudio (más de 896 horas acumuladas) corresponde a más de 15 horas al mes, lo cual equivale a media hora por día.
Advierte que en la actualidad gran parte de los usuarios de la telefonía móvil, especialmente las personas más jóvenes, superan por mucho ese tiempo acumulado.
Los estudios sobre los efectos nocivos de los teléfonos móviles en la salud continúan suscitando polémica, entre los que desestiman todo tipo de impacto hasta los que advierten de severos daños.
En el año 2010, una investigación internacional de Interphone puso de manifiesto un aumento de gliomas en sujetos estudiados que habían acumulado hasta por lo menos mil 640 horas de conversación telefónica durante su vida.
Los estudios del equipo sueco de Lennart Hardell también fueron en esa dirección, aunque la metodología de ambos trabajos no fue unánime. Por el contrario, otros investigadores no hallaron ningún vínculo y los operadores de telefonía y los fabricantes sólo siembran la duda.
Pero más allá de los debates, la demostración de la nocividad de los portátiles es complicada por numerosos factores, principalmente porque los teléfonos es una práctica reciente y creciente, y el desarrollo de tumores cerebrales es muy lento.
Los aparatos han ido evolucionando, en la actualidad emiten menos radiofrecuencias, pero el número de usuarios se ha multiplicado y con ello las conversaciones, en particular entre los jóvenes.