(Santo Domingo, 25 de junio de 2014). Una investigación publicada por el Observatorio Político Dominicano (OPD), una iniciativa de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), proyecta que la incidencia de la chikungunya en el país, probablemente continúe su avance durante los meses venideros debido a la falta de inmunidad de los ciudadanos, la dispersión de los criaderos y la ausencia de conciencia comunitaria.
“Los efectos de la epidemia continuarán sintiéndose en el ausentismo laboral y en el desgaste de los servicios de salud, que se han visto abrumados por la rápida expansión del virus, incluso entre el mismo personal médico”, indica el documento.
La investigación, de la autoría de Fanny Vargas, coordinadora de la Unidad de Políticas Públicas del OPD, argumenta que la posibilidad de que la chikungunya haya venido para quedarse en el país es muy real.
“En consideración a que el país ha enfrentado serias dificultades a la hora de luchar contra el dengue–y los brotes de este tienden a aumentar en tamaño y letalidad–, será difícil eliminar el nuevo virus”, puntualiza.
Vargas agrega que las condiciones son propicias para que el virus de la chikungunya se vuelva endémico.
“Los problemas de recogida de basura y suministro de agua que aquejan al país representan una infinidad de potenciales criaderos de mosquitos. La pobreza y el bajo nivel educativo de la mayoría de la población aumentan las posibilidades de contagio, ya que se relacionan con el hacinamiento y la poca comprensión de los riesgos de la enfermedad”, enfatiza.
La investigación destaca que en diciembre de 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió la primera alerta de transmisión local de chikungunya en las islas del Caribe. Para el 16 de junio, República Dominicana había registrado 89,720 infectados, un brote epidémico que no parece ceder.
“En abril la enfermedad comenzó a expandirse fuera de San Cristóbal: se reportaron casos en San Pedro de Macorís, Santo Domingo Este, Hato Mayor, el Distrito Nacional, Valverde y Barahona. Se registraron unas 8,058 atenciones por fiebre, el 68 % de las cuales fueron reportadas en San Cristóbal. Al cierre de mayo, veintinueve provincias habían notificado casos sospechosos de chikungunya”, indica el estudio.
El informe añade que el 85 % de los casos está concentrado en 10 provincias y el mayor número de infectados se encuentra en San Cristóbal, el Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y San Pedro de Macorís.
Letalidad y transmisión
Vargas señala que hasta la fecha la Dirección General de Epidemiología (DIGEPI) ha registrado tres muertes sospechosas de estar relacionadas con la chikungunya, mientras que notas periodísticas de principios de junio registraron entre 7 u 8 fallecimientos sospechosos.
“El virus no es letal en sí mismo, pero la existencia de condiciones previas facilita el desarrollo de un cuadro clínico en personas mayores de edad que puede terminar en la muerte. Lo mismo ocurre con los recién nacidos. Este parece ser el caso de los fallecimientos registrados por los medios de comunicación”, precisa.
La exclusión de las cifras oficiales de estos fallecimientos puede deberse a que las muertes no ocurren en hospitales, sino en las casas.
La rápida expansión de la chikungunya en el territorio nacional se debe al método por el cual se transmite y a la falta de inmunidad de la población dominicana, que no había sido expuesta antes a este virus.
“El mosquito Aedes Aegypti y el Aedes Albopictus, vectores del dengue y la Chikungunya, infectados por el virus contagian a las personas a través de sus picadas y estas, a su vez, son picadas por mosquitos que luego transmiten el virus a personas sanas”.
La investigación resalta que debido a que la población dominicana carece de los anticuerpos que proveen inmunidad, toda la población es susceptible al virus.
“De acuerdo con el infectólogo Clemente Terrero (2014), alrededor de siete millones de personas podrían contraerlo. Al no existir una vacuna es más difícil evitar el contagio, además que las personas contagiadas se movilizan, lo que aumenta la propagación del virus”.
Otro factor de riesgo es la facilidad con la que se cría el mosquito, indica el análisis.
Asimismo, un factor determinante en la expansión de la epidemia es la actitud de la población. “Es común la falta de conocimiento sobre la enfermedad e incluso la desconfianza ante las recomendaciones del MSP. Es popular la noción que la chikungunya no es transmitida por un mosquito, sino que se trata de “un polvo, un químico que trajeron en un barco y lo tiraron en Haina”, destaca el informe.
Acciones de las autoridades
El documento del OPD dice que el MSP inició jornadas de fumigación en los distintos focos de infección y de eliminación de los criaderos desde que se confirmó el brote inicial de chikungunya.
Además, el MSP anunció la colaboración de numerosas instituciones públicas y privadas en estas jornadas, así como en las de información y educación, dice el informe.
Añade que las sociedades médicas especializadas y técnicos del MSP elaboraron una guía para enfrentar el virus en los hospitales.
Asimismo, el OPD resalta que el 26 de mayo se anunció que los ministerios de Educación (MINERD) y Juventud (MJ) se unieron a la campaña de prevención contra el virus, con el objetivo de fomentar la eliminación de los criaderos de mosquitos mediante la distribución de una guía escolar en los centros educativos.
“Otras instituciones públicas como el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), las Fuerzas Armadas (FFAA), la Vicepresidencia de la República, la Defensa Civil (DC), el Colegio Médico Dominicano (CMD), la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (EGEHID) y la Refinería Dominicana de Petróleo (REFIDOM) tuvieron presencia en distintos operativos de prevención, al igual que empresas privadas como Industrias Macier y Cementos PANAM “, indica.