Fitzgerald Tejada Martínez
El próximo mes de agosto se constituirá en un punto de referencia para establecer una proyección de lo que pudiera acontecer en el proceso que se avecina de cara a las elecciones presidenciales, congresuales y municipales del año 2016, para lo cual, el PLD esta obligado a jugar sus mejores cartas, tanto dentro como hacia afuera del partido.
Por esa razón, toda la atención de la sociedad gira alrededor de lo que sucederá en el gobierno, cuando el presidente Danilo Medina, inicie el recorrido hacia la curva descendente de una administración que arriba a su segundo año de mandato, teniendo –pese a su buen desempeño en el cargo– un impedimento constitucional que le prohíbe presentarse en una repostulación frente al electorado nacional.
Ciertamente, el mes de agosto ha sido el más manoseado y comentado en lo que va de año, debido a la importancia coyuntural que encierra la fecha y que muchos han albergado la esperanza de que para ese entonces, el presidente de la república habrá de cumplir con una serie de acuerdos y compromisos para dar paso a otros que lo acompañarían en la crucial segunda mitad de su gestión, –por aquello de que “no es como se empieza, sino como se termina” –.
A partir de agosto, se espera que todas las piezas importantes del ajedrez dentro del gobierno, sean movidas y enfiladas en dirección de un objetivo común que conduzca al PLD a una nueva victoria electoral en las elecciones de mayo del año 2016, la cual consolidaría a esa organización como el instrumento político más exitoso de la historia contemporánea en el país. Y Danilo, como responsable de una parte importante de ese proceso deberá jugar su rol.
De hecho, ya comienzan los aprestos de dirigentes que aspiran a competir por alguna nominación –Senador, Diputado, Síndico o Regidor–, y que parten de la premisa de que ganarían esas candidaturas, siempre y cuando mantengan el respaldo de sus actuales posiciones en el gobierno. Mientras que otros, que aspiran a ser nominados en el proceso interno que se avecina en el partido, parten del hecho de que sustentarán esas aspiraciones a partir de que sean tomados en cuenta en agosto, por el mandatario.
Entre tanto, la oposición prepara su tablero político en el escenario nacional para colocar las fichas partiendo de lo que sucederá con el ejecutivo a partir de ese entonces, y de cómo esto va a repercutir en las filas del peledeismo, ya que sino se produce un acontecimiento que revitalice las energías de la militancia morada es posible que el juego se ponga a favor de quienes esperan que el presidente Medina, no haga los ajustes que amerita la ocasión.
Agosto es el punto de no retorno para definir no solamente, ¿quien será el próximo candidato presidencial del PLD?, sino también para garantizar el triunfo del partido en las próximas elecciones nacionales del año 2016.
Todo dependerá de la prudencia con la que el presidente Medina, asumirá su papel protagónico a partir de entonces, de manera que pueda garantizar el equilibrio de un proceso que habrá de conducir a los peledeistas, –Danilistas, Leonelistas, Josetomasistas, Radhamesistas, Temistas y otros, hasta las puertas de una próxima victoria electoral.
@fitzgerald2413