Por Michel Dalí
Belo Horizonte, Brasil, 28 jun (PL) Decía una frase que daba la vuelta al universo, Dios dame Fortaleza, en un juego de palabras que olvidó invocar a la suerte: Brasil en cuartos de final ante un Chile enorme en la Copa Mundial de Fútbol.
Lotería de los penales, siempre una definición injusta, pero la reglamentaria en el balompié. Con poco y la tarde iluminada del guardameta Julio César, la canarinha, sufrida como nunca, logró el pase 3-2.
Empero, para acceder a la ciudad de Fortaleza, donde Brasil continuará el sueño de alcanzar su sexta Copa FIFA, le hizo falta mucho más que "fortaleza", para finalmente doblegar a un contrincante que perdió con las botas puestas.
Partido vibrante, de entrega absoluta y consagración. Un marcador 1-1 que no reflejaba lo ocurrido en la cancha del Mineirao en los 90 minutos y algo más, donde las camisetas verdeamarelas eran silenciadas por la Roja bien plantada.
La prórroga, ya con el gasto físico de ambos elencos, algunas amenazas de los anfitriones y la esperanza en el ambiente de que Chile podía dar la segunda sorpresa del torneo, después de eliminar a España 2-0 en la eliminatoria.
Con el libreto de siempre y tras el travesaño que impedía por azar el gol de la muerte de Mauricio Pinilla a los 119 minutos, llegó el momento crucial. Y ahí Julio César estuvo inmenso, con tres fallas de los transandinos.
Pinilla, precisamente al centro, Alexis Sánchez a la izquierda neutralizado por el portero. Y como siempre un villano, Gonzalo Jara con la pizarra 3-2, al estrellar el balón al palo izquierdo.
David Luiz, Marcelo Vieira y Neymar (Willian y Hulk errando), los autores de las dianas brasileñas frente a un Claudio Bravo que confirmó las razones de su reciente contrato con el Barcelona en los 120 minutos de cotejo.
"Orgullo por lo que hicimos, nos vamos con la frente muy en alto, aunque también nos duele, estamos triste, nos consume la impotencia", declaró Bravo a la prensa al término del encuentro.
Jorge Sampaoli, el técnico argentino de los chilenos, dijo por su parte que siente frustración y al mismo tiempo está satisfecho con el esfuerzo y sacrificio de sus jugadores, varios lesionados y con disposición a darlo todo en el pasto.
Intensidad en el primer tiempo con un empate que reflejó la batalla en la cancha. Chile que no encontraba la forma de amenazar la puerta de Julio César, ante un Brasil que lo intentaba a golpe de velocidad y desbordes incisivos.
El gol de los auriverdes llegó a los 18 minutos, con un tiro de esquina que peinó Thiago Silva y remató David Luiz, ayudado por un movimiento de piernas del defensor Gonzalo Jara. Parecía que la fiesta del samba se consolidaría cada vez más.
De hecho, el dominio de los locales era absoluto, mientras la Roja no lograba reponerse. Pero los chicos de Luiz Felipe Scolari cometen en ocasiones errores de principiantes y fue el caso de un saque lateral de Marcelo a Hulk.
Alerta, el delantero Eduardo Vargas interceptó el balón para enviar un pase de oro al Niño Maravilla Alexis Sánchez, quien cruzado y al segundo palo, envió el balón a las redes para la igualada 1-1 a los 32 minutos.
A partir de ese momento, la reacción de Brasil fue vigorosa pero con inexactitudes. A los 35 un pase largo a Neymar, remate de cabeza y corner. A los 38 otro desborde del 10 de la verdeamerela y Fred también falla el testarazo.
Lo más cercano al gol, un cañonazo de Dani Alves a 20 metros que el sólido arquero Claudio Bravo logró despejar de puños a los 44. Y al filo del 45, otro desliz de la marca brasileña, Vidal a Alexis y éste a Aránguiz a un paso del arco de Julio César.
Con discusiones y tendencia al juego fuerte, el árbitro inglés Howard Webb mostró dos cartones amarillos a los chilenos Mena y Silva, pero permitió demasiado.
Sin embargo, el tono de Chile subió a su más alta expresión, con un segundo parcial que dominó en posesión del balón, aunque fueron escasas las oportunidades de anotación, salvo a los 64 con pase de Vidal a Isla, centro y disparo de Aránguiz que despejó bien Julio César.
Los de casa se conformaban con apostar al contragolpe. Así vino el gol anulado de Hulk a los 54 por bajar la pelota con ayuda de sus brazos; centro del propio Hulk a los 63 que no pudo enganchar Jo (sustituto de de Fred).
Luego descolló con luz propia el cancerbero Bravo, con atajadas en bombazos del más incisivo en el ataque de los brasileños, Hulk, en especial a los 83 con su pierna derecha.
Chile estuvo a un pestañazo de cuartos de final, pero la fortuna le fue esquiva.
Ficha técnica:
Brasil: Julio César; Dani Alves, Thiago Silva, David Luiz, Marcelo Vieira; Fernandinho (Ramires, 72), Luiz Gustavo, Oscar (Willian, 106), Hulk, Neymar; Fred (Jo, 64).
Chile: Claudio Bravo; Eugenio Mena, Mauricio Isla, Francisco Silva, Gary Medel, Gonzalo Jara; Charles Aránguiz, Marcelo Díaz, Arturo Vidal (Mauricio Pinilla, 86); Alexis Sánchez y Eduardo Vargas (Felipe Gutiérrez, 54)
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra), quien sacó amarillas a Mena (17), F. Silva (40), Hulk (54), Luiz Gustavo (59), Jo (93), Pinilla (102), Alves (104).
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