Nuestro primer objetivo es estar entre los cuatro primeros. Ahí es otra historia. Obvio que el sueño es salir campeón, pero no se puede ni se debe ir más allá de Bélgica, sentenció el centrocampista argentino Javier Mascherano, compañero de Messi en el Barcelona.
Por Yasiel Cancio Vilar, enviado especial
Río de Janeiro, 5 jul (PL) La selección de Argentina afrontará hoy su prueba más exigente en el Mundial de fútbol, los cuartos de final contra Bélgica, y para sortearla con éxito deberá encomendarse a su semidiós Lionel Messi, señor de las causas perdidas.
El equipo Celeste y Blanco hará hasta lo imposible por superar el obstáculo e incluirse en semifinales por primera vez desde 1990, una meta ambiciosa pero realista, sobre todo cuando se dispone de Messi en la plantilla.
Nuestro primer objetivo es estar entre los cuatro primeros. Ahí es otra historia. Obvio que el sueño es salir campeón, pero no se puede ni se debe ir más allá de Bélgica, sentenció el centrocampista argentino Javier Mascherano, compañero de Messi en el Barcelona.
La escuadra suramericana tendrá la sensible baja del defensor Marcos Rojo, por acumulación de tarjetas amarillas. Su puesto será ocupado por José María Basanta, el plan B del entrenador Alejandro Sabella para cubrir el lateral izquierdo.
Pese a mantenerse invicta en sus cuatro partidos previos, Argentina juega un fútbol irregular, previsible, y en ocasiones desordenado, detalles que contra Bélgica pudieran ser letales.
Todavía no hemos jugado lo que podríamos jugar, no alcanzamos el nivel que esperábamos. Hemos vencido con resultados apretados, destacó Sabella, un tipo que prefiere jugar con cinco zagueros 5-3-2, pero sin los jugadores ideales ese sistema es extremadamente difícil de llevar a la práctica, amén de las preferencias de Messi por el 4-3-3.
Siempre los argentinos pensamos que somos más de lo que somos. A veces es bueno y a veces es malo, espetó el seleccionador albiceleste.
Ese ego, como dice Sabella, es un arma de doble fijo porque si la Argentina entra a la cancha con un ápice de confianza lo pagará más caro que un Rolls-Royce Phantom.
Bélgica cuenta con armas suficientes para optar por el triunfo, además de ostentar el cartel de equipo invicto en cuatro presentaciones, algo que solo comparte precisamente con los argentinos, tras la derrota de ayer 1-2 de Colombia ante Brasil.
"Vamos a mantener nuestra filosofía de seguir hacia adelante. Jugamos un futbol compacto, no dejamos muchos espacios, tenemos que atacar y defender juntos, todo es cuestión de equilibrio entre ataque y defensa", explicó Marc Wilmots, entrenador de los Diablos Rojos.
Estos son los partidos por los cuales hemos estado trabajando de manera tan dura. Es singular la posibilidad de experimentar todo esto, hemos estado trabajado de manera muy ardua y esta es la recompensa, añadió el estratega, considerado por muchos como el mejor jugador belga en copas mundiales.
Sin duda, el líder de la escuadra europea es el joven crack Eden Hazard, aunque detrás tiene un arsenal de variantes en los botines de Kevin De Bruyne, Axel Witsel y Marouane Fellaini, amén de contar con el mejor arquero del mundo en la actualidad, el fuera de serie Thibaut Courtois.
Según datos de la FIFA, argentinos y belgas han chocado cuatro veces en la historia del fútbol, dos de ellas en copas mundiales con saldo parejo de una victoria por bando.
En España-1982, el elenco europeo desbancó en semifinales 1-0 a la Argentina del jovencísimo Diego Armando Maradona, pero el Pibe de Oro tomó desquite solo cuatro años después, en México-1986, por 2-0 en la fase de grupos.
Sin duda será la lucha de dos estilos diferentes pero agradables a la vista, claro, siempre que sus maquinarias puedan funcionar como reloj suizo, una tarea destinada, ineludiblemente, para Messi y Hazard.
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