Río de Janeiro, 5 jul (PL) Costa Rica tendrá hoy un nuevo obstáculo en su camino a la corona en el Mundial de fútbol, uno a priori infranqueable, Holanda, pero si algo ha demostrado la Sele es su poder para tumbar gigantes.
Luego de sortear a tres campeones mundiales en la fase de grupos, léase Uruguay, Italia e Inglaterra, y superar en octavos a Grecia en la tanda de penales, la escuadra centroamericana ya hizo historia al clasificar por primera vez a la ronda de los ocho mejores.
Ahora corresponde chocar con uno de los mejores equipos del mundo, el subcampeón específicamente, compuesto por una serie de jugadores de élite, incluido el fuera de serie Arjen Robben, la principal amenaza del ataque holandés, un fenómeno del fútbol y también, porqué no, del teatro.
Está entre los tres o cuatro mejores jugadores del mundo, es un modelo como jugador indiscutible, pero nos preocupan los piscinazos de Robben, alertó el entrenador costarricense Jorge Luis Pinto, antes de pedir "respetuosamente a la FIFA y a la comisión arbitral que estén muy atentos" a cualquier actividad histriónica de ese jugador.
Robben es mundialmente conocido por su habilidad para confundir a los árbitros con faltas fingidas, pero hace pocos días le puso la tapa al pomo al admitir que se había lanzado intencionalmente en la jugada decisiva del partido contra México (fingió una falta dentro del área y el árbitro cantó penal, transformado minutos después en el gol de la victoria en el minuto 93).
Tendría un impacto mundial e histórico si fuera expulsado con dos tarjetas (amarillas) por piscinazos. ¿Por qué no?, apostilló Pinto, el gran artífice de esta superlativa actuación de los ticos.
Costa Rica tendrá dos bajas sensibles para afrontar el duelo, ambas en la zona de zagueros, un factor que pudiera desequilibrar las acciones a favor de los tulipanes, un equipo de gran vocación de ataque, basado, casi siempre en los extraordinarios despliegues ofensivos de sus extremos.
Como en sus anteriores presentaciones, los discípulos de Pinto deberán aplicarse en defensa, con gran solidaridad en las coberturas defensivas y mucha presión en la zona ancha del campo, para, de alguna manera, frenar las envestidas holandesas, lideradas por Wesley Sneijder, Robben y Robin van Persie.
Hace cuatro años estuvimos cerca de ganar el Mundial y, hablando honestamente, jugamos tan bien. En realidad si somos campeones del mundo, y creemos que podemos, nadie dirá que jugamos feo, destacó Sneijder, para justificar de alguna manera las carencias del equipo en la zona de creación.
El astro holandés, veterano del Mundial de 2010, añadió que "tenemos que ser realistas. No tenemos el mediocampo para sostener tanto la posesión", algo que sin duda beneficiará a Costa Rica, una escuadra acostumbrada a presionar intensamente durante todo el partido.
El comienzo de la justa está programado para las 17:00 hora local en la Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía, donde imperarán temperaturas elevadas (25 grados celcius) y humedad relativo más alta aún (83 por ciento), otro punto a favor de la selección costarricense que lideran Joel Campbell, Bryan Ruiz y el arquero Keylor Navas, acostumbrada a climas similares.
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