5 de julio de 2014 – En su intervención en la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, el ministro de Finanzas de Argentina, Axel Kicillof explicó con detalle el caso de la deuda externo. Esta misma explicación la había presentado ya el pasado 25 de junio ante los embajadores de 134 naciones en la cumbre del Grupo de los 77 más China (G77 + China) en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Kicillof explicó cómo históricamente la deuda externa se ha utilizado para saquear a Argentina, comenzando con la usurera deuda de 1824, un préstamo de un millón de libras esterlinas del Baring Bank del imperio británico, que muy bien puede servir como una "moraleja sobre la deuda externa de los países emergentes como nosotros". El préstamo del Baring Bank fue un fraude, afirmó. Se suponía que serviría para el desarrollo de puertos, y en cambio, Argentina solo recibió 570 mil libras esterlinas, los puertos no se construyeron, el gobierno incumplió en los pagos y eventualmente terminó pagando un total de 4 millones de libras, ¡por nada! "Nunca en la Argentina la deuda externa sirvió para desarrollar al país", dij Kicillof, por lo cual la agencia Associated Press calificó su discurso como "desafiante". En realidad, sus observaciones ponen de relieve la necesidad de las soluciones que Lyndon LaRouche ha planteado en la forma de sus cuatro puntos, la ley Glass-Steagall y el sistema de crédito hamiltoniano.
Utilizando diagramas y gráficas, Kicillof demostró con detalles muy precisos el proceso de endeudamiento eterno. Puso como ejemplo el caso de la "sangrienta dictadura militar" impuesta en 1976, cuando se instituyó el mecanismo por medio del cual los banqueros extranjeros y las organizaciones multilaterales de préstamo hundieron a Argentina en la "dinámica perversa" que la forzó a endeudarse una y otra vez, no para financiar el desarrollo, sino para seguir pagando una deuda impagable, "dejando a nuestro pueblo sin nada, excepto que con más deuda en sus espaldas". Este proceso de saqueo, afirmó, es lo que finalmente llevó a la explosión y el incumplimiento de pagos del 2001.
El ministro de finanzas demostró la completa locura del fallo del juez Thomas Griesa y de la Corta Suprema de Estados Unidos. Argentina ha reordenado y reestructurado sus finanzas con gran sacrificio desde el 2003, explicó, todo eso mientras garantizaba el crecimiento económico y restauraba los beneficios sociales que la junta militar y los subsecuentes gobiernos de libre mercado habían eliminado.
Argentina quiere pagar su deuda, afirmó, "pero no nos dejan", porque han impuesto condiciones que tienen consecuencias que ponen en peligro toda la economía argentina, "que pone en riesgo nuestro derecho a proteger a todos los argentinos del sistema financiero internacional".
Kicillof advirtió que lo que le sucede ahora a Argentina "es un reflejo de lo que lo que puede pasar a otros países", lo que Argentina enfrentó en el 2001 es lo que muchos otros países enfrentan hoy. Algo en lo que debemos reflexionar, dijo, es que los fondos buitres ya están buscando la ubicación de nuestros activos financieros relacionados con el petróleo y otras riquezas, y ya en el pasado la deuda externa fue el mecanismo para saquear nuestros recursos naturales. Y como había dijo el Presidente de Uruguay, José Mujica, "hoy van por ti, mañana por mí".