Los empresarios se deben preocupar de cómo están subiendo los precios de los artículos de primera necesidad, sin que se realice un real seguimiento de sus costos de producción. Los empresarios tienen que hacerlo, porque a ellos lesllama la atención el empleo informal.
Por Manuel Hernández Villeta
En vez de entrar en polémicas con el Banco Central, los empresarios lo que deben es dar su cuota a un proceso de desarrollo nacional, donde se creen empleos sólidos, que permitan a una familia subsistir decentemente.
La informalidad de los empleos, que crecen en cada esquina, es una realidad. Culpa de la falta de una real política de pleno empleo. Los gobiernos dan empleos políticos, pero es al sector empresarial que le toca facilitar trabajos de sólido nivel de sustentación.
Pero además tener reglas de juego bien claras sobre los costos de producción de los artículos de primera necesidad. En el último año, han subido prácticamente los precios de todos los productos, a un nivel superior al 20 por ciento.
Como no se ha dado a conocer ningún estudio de costos de producción, es de estimar que los aumentos en los precios son viabilizados por la especulación desmedida. Tenemos muchos ejemplos palpables, desde la libra de queso, el café, el arroz, las carnes. Nadie le pone coto a esta espiral.
Aquí van de la mano los altos precios especulativos y el empleo informal. Ganan más los inversionistas, pero despiden a personal que no encuentra nuevo empleo y muchos menos como hacer frente a los aumentos. En consecuencia, se pone una venta de fritas, de carne o té caliente en una esquina o de zapatero remendón.
No es con discursos que se mejora la situación, sino con una real política de desarrollo. Las polémicas son buenas para los teóricos en aire acondiconado, pero para llenar el estómago y pagar la renta todos los meses, hace falta la compensación social.
De seguro que el empleo informal, la falta de una política de creación masiva de nuevas plazas y los aumentos en los precios de los artículos de primera necesidad, serán temas obligados de campaña en las venideras elecciones.
Culpables por igual, en el mantenimiento de esas variantes, son los políticos y los empresarios. Ambos tienen que trabajar para encontrar soluciones.