La presidenta de la Fundación Red Dominicana de Cardiólogas, Petronila Martínez, advirtió que enfermedades cardiovasculares como las isquémicas son más difíciles de detectar en las mujeres, lo que incrementa las muertes con relación a los hombres. Esto se debe a la ausencia de síntomas o a que son muy distintos a los de los varones.
“En el hombre es más frecuente dolor en el centro del pecho, tipo opresivo, en cambio en la mujer, puede ser solo una sensación de cansancio o de falta de aire; esta falta de los síntomas provoca retraso en el diagnóstico, y una menor tendencia por parte de las pacientes y de sus familiares a buscar ayuda”, expresó.
Indicó que por ende, esto retrasa el diagnóstico y los procedimientos y peor aún, una vez hecha la identificación, existe una menor tendencia a beneficiar a la mujer de las técnicas modernas y tratamientos médicos para esta condición.
En el Congreso Centro Americano de Cardiología, celebrado en Puerto Rico y el del Instituto Dominicano de Cardiología celebrado hoy, Martínez alertó que esto aumenta la mortalidad o la aparición de secuelas discapacitantes, sobre todo en mujeres entre los 49 y 60 años.
Sostuvo que esas condiciones hacen que el diagnóstico en la mujer sea más difícil, pues cuando se realizan los procedimientos invasivos habituales, no se encuentra en las arterias coronarias enfermedad significativa, tal como ocurre en el hombre, por lo que son necesarias técnicas para la detección de disfunción microvascular, como los estudios no invasivos.
Martínez, directora del Centro Diagnostico Cardio Imagenes Especializadas, afirmó que en su consulta ve un aumento de casos y detalló que en la etiología de la enfermedad isquémica en la mujer participan elementos únicos del sexo, como el síndrome de ovario poliquístico, disminución de los estrógenos y la menopausia.
“Existen importantes diferencias en la causas, forma de presentación y los métodos de diagnósticos útiles para la detección temprana de la enfermedad isquémica en la mujer, que permita un tratamiento oportuno y una disminución en la mortalidad y las secuelas a largo plazo como el desarrollo de insuficiencia cardiaca temprana o el síndrome de corazón cansado”, dijo.
Martínez expresó que estos factores asociados o no a otras condiciones, como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, obesidad y tabaquismo, inducen el desarrollo de disfunción microvascular o de los pequeños vasos coronarios y en otros casos al desarrollo de un ateroma no obstructivo.