Por Luis Silié i Carlo
Miraba la televisión de una cadena importante de Dominicana gracias a Internet y veía la noticia de la actitud de los análisis sobre la situación creada y sostenido por algunos de los políticos de turno; como argollas de una cadena, por asociación de idea, como empalmando los momentos, o por cosas de la vida, recuerdo una parte del libro de Curzio Malaparte como hacía llamarse por seudónimo Kurt Erich Suckert, decía en uno de los análisis de los 18 golpes de estado de su libro, que un golpe solo requiere la “participación de 100 técnicos” y que los mismos bloqueaban las capacidades del Estado causando un sistemático golpeo creando una neutralidad de la mayoría de los ciudadanos realizado por intermedios precisos como la prensa para divulgación de noticias no siempre veraces y erigiendo una realidad creíble; esa acción dentro de la estrategia lleva a la neutralidad de gran parte de la población.
De inmediato empiezo a dar cachiporrazo a mi cabeza, no solamente en el caso explicado más arriba, me preguntaba ¿Y si el sistema legal lo usa como estrategia dentro del Estado con “apoyo popular” de manera malsana? Es lógico pensar que resultaría una maniobra para desequilibrar inteligentemente, perturbar los estados mentales y sumergir a una mayoría de la población a una apatía de la situación nacional manipulando las actitudes y el accionar del ciudadano desviando su atención de la realidad en que estamos sumergidos, controlando con “técnicos” planes para tales fines; y si a esto le agregamos los propósitos políticos a puerta cerrada, no es para no tomarlo en cuenta.
Nos controlan, nos manipulan, lo peor nos enferman con la soberbia. Ocurre tan bien hecho que hasta sentimos paz.
Y estamos aquí, haciendo juicio de valores a personas, pero es que imaginando una reflexión y mirando el gran escenario social, creo que todos deberíamos interrogarnos con mayúscula; unos por callarnos, otros por hablar más de la cuenta, algunos por pretender tener soluciones y otros que se sienten por encima de todos, embriagados por el poder político y el dinero. Es más, podemos sacar algunos de su silencio, estremecerlos con nuestras reflexiones y comentarios, saben ustedes cómo responden, con soberbia, con despotismo y muchos sin razonar. Algunos dicen que son inventivas y propaganda tóxica a los que ayudan al pueblo. Crean confusión constante.
¿Pero existen normas y reglas para medir estas acciones planificadas? Claro que si, existen los derechos humanos, por un lado que yo los llamaría deberes humanos; por otro lado la ética y la moral. El asunto es que tenemos perspectivas diferentes de ver la ética & moral y los deberes humanos. Es así, es una cuestión relacionada con el pensamiento derivado de su propio carácter y sin meternos en asuntos filosóficos lo definiremos fácil, simplemente estamos enfermos y las rechazamos traicionado quizás por el sub consiente por no decir el nombre de la enfermedad aquella, la soberbia. En todo, en lo jurídico, en lo ciudadano, en lo humano, en casi todo. Siempre esta, hasta nos enseña un nuevo caminar con la nariz parada, hablamos raro, actitudes que ni siquiera sabemos cómo la hemos adquirido.
La Ética relacionada con la Constitución y su Moral, el respeto a los derechos de los demás, habría que hacer un esfuerzo sobre humano con ganas sin pretender una cruzada, hacer una explicación del comportamiento; pero, nuestro propio carácter los rechaza, lo objeta, porque esos términos nos darían algunas pautas del comportamiento, y únicamente no pensamos, actuamos, “primero disparamos y luego apuntamos”, prácticamente nos domina el yoísmo, tenemos una cofradía con nuestros estados alterados, la vida no es más que un demostrar un progreso sistemático en estar por encima de los demás. Ese afán social nos domina, el ego se remonta y camina subordinado al YO.
Desgraciadamente estamos orientados a no resolver nuestras contradicciones creadas por nosotros mismos, es un proceso sistemático global a negar las reglas de la ética y moral, se habla poco de ellas. Ese esquema conductual sin proponerlo posiblemente lo transmitimos, la hacemos consistente a diario y como un virus vamos contaminando, transmitiendo esa enfermedad de la soberbia. Lideres con alta contaminación, crean un liderazgo con esa bacteria, sus incondicionales se convierten en adictos a esa manera predicadora. Sin querer hacer un debate es totalmente censurable. Ciertos comportamientos advierten e insinúan un fallo y que sin dejar de ser líderes se olvidan de la ética, de la moral. No es disimular que no existe el comportamiento, es rechazarlo, no compartir su enfermedad y tratar de vacunarse. El antídoto es la educación, pero para aquellos que si la tienen, se neutraliza al nublar la razón con aquella soberbia que nos inyectan a diario de una u otra forma sutil que hacemos nuestra, nos manejan subliminalmente.
De dónde usted cree que viene ese miedo implacable, usted actúa debilitado, los ataques del corazón aumentan, las enfermedades mentales se multiplican, los suicidios entre la población joven es cada día más. Ese YO debilitado tan dañino que aún enfermo por un envío constante del virus de la manipulación lo hace caminar por un camino irreal y sus emociones manipuladas, y solo decimos que “la situación esta mala” estamos en el camino pre juiciado sin una y real perspectiva sin reflexionar a un olvido de la realidad de la vida. No es rebeldía, nuestros estados están alterados.
Por: Luis Silié i Carlo.
El autor es comunicador social y reside en Barcelona
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