Aunque debido a la exclusión, no tengo la opción “legal” de votar en la convención de este domingo 20 de julio del Partido Revolucionario Dominicano, creo que la mayoría comprimida que puede hacerlo, tiene razones poderosas para votar por Guido Gómez Mazara, quien representa por el momento la única esperanza que tiene el PRD de rescatar la democracia interna y su fortaleza institucional.
Aunque el esfuerzo de depurar al PRD para reducirlo al tamaño de las simpatías de Miguel Vargas (13.3% según la encuesta Gallup), resulta notorio que este no genera el entusiasmo suficiente para cohesionar el apoyo de sus propios seguidores, como se reveló de manera patética en el acto del pasado 5 de julio en el pabellón de volibol del Centro Olímpico, cuando una proporción significativa del publico comenzó a dejar el local justo cuando se inició la alocución de quien debía ser el principal protagonista del evento.
La ausencia de una razón ética o de una justificación con sentido político, coloca a Miguel Vargas en una posición de notable debilidad para competir con Guido Gómez en la convención del domingo, aún bajo las desiguales e ignominiosas condiciones establecidas por la abiertamente parcializada Comisión Organizadora, que preside Julio Mariñez.
Los perredeístas que aún permanecen en el padrón, junto a los 175 mil peledeístas que también aparecen registrados (Ver nota publicada en 7Días.com, 175 000 peledeistas en el padrón depurado del PRD que usara el domingo), tienen más razones para votar por Guido que por Miguel, ya que mientras uno garantiza la posibilidad de restaurar la fortaleza y los valores que justifican la existencia del PRD, el otro representa un camino hacia la disolución y la derrota.
Por lo tanto, yo apuesto a Guido en la convención del domingo y junto a la mayoría de los perredeístas que aman su partido, me declaro en la actitud de retornar a las filas del PRD tan pronto se abran las ventanas de la sensatez, la unidad y la esperanza.