Es muy difícil por no decir imposible que en un pueblo de nuestro país se puedan hacer 200, 250, 300 o 350 mil pesos cobrando entrada en una puerta de un lugar de recreación, claro está con excepción de la capital, Santiago y uno que otros lugares que no llegan a cinco. Si la música no llega a la gente no la puede bailar, no la puede disfrutar entonces hablamos de crisis
Por: Alexis Beltré
Cuando un amigo líder y dueño de una agrupación merenguera me dijo hace ya más de diez años cito: “Beltré, nosotros los dueños de grupo estamos matando la gallina de los huevos de oro”, a lo que un servidor le preguntó ¿pero por qué tu dices eso? Y él respondió “oh, porque estamos cobrando tarifas muy alta y para nadie que monte una fiesta en un pueblo de este país como esta la situación es fácil hacer 150 o 200 mil pesos cobrando entradas”, repito que esta conversación se ubica para el año 2000.
Claro al presente las cosas han cambiado mucho, ¿qué ha cambiado? La situación económica, sí, ahora es cuando menos la gente puede pagar una entrada de más de RD$500.00 para llevar una pareja a bailar con todos los gatos que esto implica en una localidad del país, por supuesto no hablo de la discoteca Jet Set, en la capital o de cualquier centro de diversión en Santiago, Baní o Villa Tapia u otros lugares que aún se dan el lujo de llevar orquestas de merengue o bachateros, salvo uno que otro grupo que desciende su tarifa y se pone asequible aunque esa no sea su costo real.
Yo quisiera que alguien me diga cómo diablo se puede hacer en una noche 200 mil pesos de puerta o patrocinio para pagar un grupo de merengue de los nuestros en lugares como Pedernales, Barahona, Neyba, Hato Mayor, Monte Cristi, Dajabón, El Seibo, Gaspar Hernández, Santiago Rodríguez, Azua, San Juan de la Maguana y otras tantas donde la gente si tiene mil o dos mil pesos que pueda gastar en una fiesta patronales no lo pagaría por entrada y preferiría tomárselo en el parque dando vueltas o frente a una de las llamadas discolay.
Cuando un líder merenguero dice que él no va a tocar a ningún sitio si no le quedan por lo menos 100 o 150 mil pesos limpios para su bolsillo, todo esto a parte de la nómina, entonces prefieren no ir a llevar su música, a llevar su merengue a ese pueblo no importa que sea lejano o cerca de la capital para que ese público que tanto desea verlo y escuchar sus temas nuevos y viejos lo pueda disfrutar y bailar, es ahí cuando se puede hablar también de crisis del merengue.
Muchas veces dueños de orquestas ni siquiera piensan en los músicos que tienen una semana, diez días y hasta tres semanas sin tocar, que es lo mismo que decir sin comer, así como se oye, porque para un artista merenguero de los nuestros ya establecidos que pudiera tener otras entradas económicas como apartamentos alquilados, bien….!, dinero a plazo fijo en los bancos, bien….! Claro no necesitan estar tocando todos los días y si pasa un fin de semana no le importa, pero y el músico, que dicho sea de paso todavía hay grupo que le pagan RD$1,500.00 a un músico, sí a un compañero que tiene a veces 10, 12 y hasta 15 años en el grupo y que lo ha ayudado a forjar esa fortuna y que muchas veces es la del diablo para pagarle sus prestaciones laborales.
Un director de una orquesta merenguera decía un día de estos en un programa, y claro lo decía un poco en broma, que en su orquesta había unos 4 o 5 músicos “maldiciendo el grupo”, cualquiera se ríe…, pero señor revísese, mire a ver por qué muchos prefieren llevar a las fiestas a artistas del dembow o el reguetón, salen más baratos y están pegados, sí, ahora no tocan merengue.
¿Y los músicos no comen?
Muy pocos líderes tocan fiestas, o hacen gira pensando en que si ellos no ganan tantísimo dinero, al menos sus músicos si percibirían alguna entrada, o a caso mantener un grupo en el que se puedan exhibir miembros por más de 10 años, pregunto yo ¿a caso eso no es estabilidad del merengue? y si hablamos de estabilidad pues no hay crisis.
Además, músicos contentos es sinónimo de calidad en la entrega, y calidad en la entrega es aumentar el gusto por el producto final, recuerdo que siempre se dijo que El Equipo del maestro Dioni Fernández, se oía en vivo como en la grabación, y eso es malo o bueno. Porque también es reflejo de crisis cuando uno ve una orquesta esta semana en la televisión y a la siguiente lo vuelve a ver y ya tiene 4 o 5 músicos nuevos, mire hermano esa música no se igual, pero ni como la anterior y menos como fue grabada, ni siquiera tiempo para ensayar ha habido.
¿Anja, y la difusión?
Por Dios, amigo, amiga lector, no importa que la radio te pegue el tema y que te digan que en tal o cual provincia esta sonando demasiado y que todo el mundo canta el nuevo merengue de la Orquesta X o Y, si no te podrán contratar para ir a poner a esa gente a bailar, esa es la conclusión final de ese proceso normal que debe dar en todo producto artístico popular: presenta tu talento-saca y expone el producto de tu talento y luego el consumidor final que es el público disfruta de ese material; si eso no se da se quedan eslabones sin tocar.
Cuando uno de los artistas populares se pega por ejemplo en Nueva York, si no va en el tiempo adecuado, cuando esta su pegada en lo más alto, entonces se dice se le pasó su tiempo, ya la gente no lo recibe igual, claro debe haber radio disponible para la música y sobre todo para el merengue, el turista, la gente cuando viene a República Dominicana espera escuchar su música el merengue por doquier y eso ha bajado mucho, sin dudas.
Amigos artistas dominicanos que cultivan nuestra música el merengue, que son los mejores merengueros del mundo, reúnanse, hablen, sean sensatos consigo mismo y con el grupo, pongan su música en las “góndolas” para que la gente la pueda consumir o como dice el pueblo no se la pongan tan difícil a la gente que aún quiere bailar merengue, ese pueblo que va a las fiestas no sólo a bailar sino que además le idolatra, que se pone al frente de la tarima para conocerle y verle cantar, y lo hace con Rafa Rosario, Rubby Pérez, Héctor Acosta, Eddy Herrera, José Peña Suazo, Wilfrido Vargas, Johnny Ventura y su hijo Jandy, Milly Quezada, Juliana, Sergio Vargas, Ramón Orlando, Benny Sadel, y otros que son ídolos, sin dudas. La fiebre no está en la sábana.