(Estados Unidos) La Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA) establecerá un fideicomiso de US$ 250 millones en bonos soberanos como primer paso para negociar la compra del 100% de los títulos argentinos en default a manos de los fondos buitre.
Los bancos, que pagarán unos US$ 1.400 millones, asegurarán así que el default sea apenas efímero y que el país no quiebre la cláusula RUFO, que la obligaría a darles el mismo tratamiento a los bonistas reestructurados.
Además del monto inicial, los miembros de ADEBA -ejecutando un plan de su titular Jorge Brito, del Banco Macro, vinculado al kirchnerismo- se ofrecieron a pagar el resto de la suma en cuotas, aunque los buitres no se mostraron convencidos y pidieron un cuarto intermedio para cerrar los detalles mañana.
A pesar de que los rumores indicaban que era posible alcanzar un acuerdo con el Estado argentino, impulsando una suba del 6,9% en el Merval durante la jornada del martes, los ‘holdouts’ no accedieron a reinstaurar el ‘stay’, una medida cautelar que permitiría al país pagar los intereses a los bonistas reestructurados mientras duren las negociaciones.
“Desafortunadamente no hubo un arreglo y la Argentina entrará inminentemente en default”, sentenció Daniel Pollack, el hombre designado por el juez Thomas Griesa para mediar entre los representantes del Estado y los fondos buitre, a través de un dramático comunicado.
Axel Kicillof, ministro de Economía argentino, se mostró sorprendido y ofuscado en una conferencia de prensa posterior. “Vamos a tomar las medidas y acciones e instrumentos de nuestros contratos del derecho nacional e internacional para que esta situación insólita, inédita e injusta, no se perpetúe en el tiempo”, aseguró
El titular de hacienda explicó que ofrecieron a los acreedores que ingresaran a los canjes de 2005 y 2010, en los cuales obtendrían una ganancia del 300%, aunque no tuvo éxito.
“No extraña que pueda ocurrir solución entre privados”, dijo el funcionario respecto a las negociaciones paralelas, que se han transformado en la última esperanza de la delegación argentina.