Para el hervidero partidista, Agosto es un mes clave. Todo el mundo pone las barbas en remojo. Unos quieren llegar a la administración pública, y otros temen que los saquen del puesto. Si se va a una tertulia, el tema del día, es…todos esperan un decreto.
Por Manuel Hernández Villeta
Desde hace muchos años se perdió el efecto de los cambios en febrero o en agosto. La administración pública sigue sin alteraciones, todavía sin cambios en el gobierno.
En una política de Estado bien definida no son necesarios los cambios. Los que están en una posición pública no van a buscar un salario sino a dar su aporte al desarrollo nacional. Si uno ve a los busca cargos de agosto, lo importante es el nombramiento, no su aporte al avance nacional.
Un gobierno no se define por los hombres que cobran una vez al mes, sino por su programa de ejecuciones y su línea de concertación para el desarrollo. Los funcionarios únicamente están para manejar el dia a día y seguir las directrices del presidente de la Republica.
La autonomía de un funcionario derterminado está fijada en base a como ejecute el segmento administrativo que se le confíó. El jefe de la administración pública es el Presidente y él es quién fija la linea general a trabajar.
No creo necesario los cambios este 16 de agosto. Un funcionario por otro no va a alterar nada. Solo que uno que se encontraba desempleado o en un puesto menor, fue premiado estrenando despacho.
En lineas generales, el presidente Danilo Medina podría hacer ajustes a la maquinaria gubernamental, poniendo énfasis en una política de pleno empleo, de reducción de los precios a los comestibles de primera necesidad y de ampliación de las líneas de la seguridad ciudadana.
Si se hace una evaluación de los funcionarios encargados de estas áreas, y se nota que no trabajaron, pueden ser removidos, pero en ocasiones ellos son apaga-fuegos, apara-rayos, cuya misión es llevarse las críticas, que podrían estar dirigidas a sus superiores.
El gobierno no necesita cambiar funcionarios, sino ampliar la cobertura en áreas de la educación, la salud, la agricultura y la construcción de obras públicas. Si hay una politica de Estado en estos renglones, poco importa el burócrata que dome esos despachos.
A un gobierno lo hace el método de trabajo empleado, la voluntad de Estado, el programa de realizaciones. Los funcionarios son únicamente burócratas que pueden trabajar bien, o ir a dormitar en sus despachos refrigerados.