Hasta para los científicos fue extraño el fenómeno en el que un agujero negro supermasivo se traga la luz de rayos X. La definen como una batalla cósmica entre la luz y la oscuridad. Describe el informe de la NASA como en cuestión de días, la corona, una nube de partículas que viaja casi a la velocidad de la luz cerca del agujero negro, cayó hacia él.
Y sostiene el reporte de Universe Today que las observaciones son una poderosa prueba de la teoría de Einstein de la relatividad general, que dice que la gravedad puede curvar el espacio-tiempo, el tejido que da forma a nuestro Universo, y la luz que viaja a través de él.
Describen los agujeros negros como cuerpos con un poderosísimo campo gravitatorio. Las teorías establecidas los definen como una región finita del espacio que, al tener en su interior una inmensa densidad de materia, tienen una gravedad tal que no dejan escapar la luz que contienen; por eso son oscuros.
Lanzado el 13 de junio de 2012, el telescopio NuSTAR tiene la misión de buscar gigantescos agujeros negros y otros fenómenos en la Vía Láctea y en otras galaxias.
Su meta científica es una observación profunda del espacio en busca de agujeros negros miles de millones más grandes que el Sol y un mejor entendimiento sobre la forma en que las partículas se aceleran en las galaxias activas. Según la NASA, los agujeros masivos se mueven más rápido atrapando todo a su alrededor.
El agujero negro en este nuevo estudio es el Markarian 335, o Mrk 335, ubicado a unos 324 millones de años luz de la Tierra en la dirección de la constelación de Pegaso.
Es uno de los más extremos de los sistemas para los que se han medido alguna vez la masa y la velocidad de giro aprentando alrededor de 10 millones de veces la masa de nuestro sol en una región de sólo 30 veces el diámetro del sol, y que gira tan rápidamente que el espacio y el tiempo son arrastrados con él.