Por Luis Eduardo Díaz Franjul
Es el único tipo de turismo que existe en el otrora Polo IV ampliado de la región Sur (Barahona, Pedernales, Independencia y Bahoruco). Olvídense del turismo de sol y playa, inmobiliario, residencial, de naturaleza/ecoturismo o la modalidad luxury ecolodge/ecoluxury. En esas provincias no existe nada de eso a pesar de los aeropuertos y muelles de Barahona y Pedernales. Suelten en banda esos tipos de turismo pues lo único que existe es el turismo teórico de los recursos naturales que mencionan los medios escritos y digitales, revistas, brochures, videos, etc.
El Sur se caracteriza por la escasez de habitaciones hoteleras (menos de 600 en los últimos 30 años, de baja calidad en su mayoría). Las condiciones actuales de los puertos de Barahona y Pedernales impiden el desarrollo del turismo de cruceros. En 21 años son contados con los dedos de una mano (y sobran dedos) los aviones de barriga ancha que han aterrizado en el aeropuerto María Montez de Barahona. American Eagle dejó el pedazo después de un intento (Dic.2000/Abril 2001). No estoy al tanto de las inversiones que Aerodom dice ha realizado en el María Montez. Desconozco cualquier estrategia de esta empresa para reactivar vuelos internacionales regulares o combinados con vuelos regulares domésticos (ticket electrónico) para provocar un flujo turístico que de vida a la zona.
Debido a eso solo queda el turismo teórico. Del baúl de los recuerdos el PNUD resalta el "potencial del Suroeste para el desarrollo del turismo sostenible" (Listín Diario. 13/5/2015). Y a la vez señala: "La falta de una planificación del desarrollo urbanístico a lo largo de la costa se presenta como uno de los principales impactos ambientales". Leer eso da ganas de llorar. Amigo, a eso "dele olvido, borrón y cuenta nueva" como dicen los hermanos ¨Bomba¨ Rosario.
Olvídense de los espectaculares planes, estudios y estrategias turísticas del Suroeste (públicos, privados y de organismos internacionales) y el proyecto del PNUD destinado a formular un plan maestro para el desarrollo turístico del suroeste de esta nación y sudeste de Haití, con énfasis en la franja costera, que va desde Cabo Beata hasta Pedernales, y en territorio haitiano hasta la población de Garigot. Amigo mío, olvídese de todo eso, no pierda su tiempo.
Bastaría preguntar lo mínimo que hay que hacer para que el turismo arranque en el corto-mediano plazo. Dada la falta de habitaciones hoteleras hay que pensar en habitaciones flotantes de cruceros como alternativa idónea para desarrollar el turismo en Barahona y Pedernales en el corto-mediano plazo. Es lo mínimo en que se puede pensar pero a la vez lo más lógico y factible. Basta de tanto hablar y de formular promesas turísticas que crean falsas expectativas, como los multimillonarios proyectos turísticos de inversionistas extranjeros que nunca llegan. Basta ya de insultar la inteligencia de una región y hacerla perder su tiempo queriendo ignorar "el gran tiempo que ha perdido¨ esperando una mejor suerte.
Es una pena que Barahona y Pedernales estén a mil años luz de las súper naves SPPS (Súper Post Panamax Ships), ULCS (Ultra Large Container Ships), y SCS (Súper Cruise Ships). Un ejemplo de SCS son los cruceros tipo "Oasis", de Royal Caribbean, de 225,282 toneladas y 16 cubiertas con 2,700 habitaciones. Pero también a mil años luz de cruceros más pequeños debido a las condiciones actuales de los puertos, por un lado, y la falta de creatividad mercadológica o desinterés marcado para revivir el María Montez, por el otro. Uno podría aceptar que Aerodom no moverá un dedo para invertir o mercadear mientras espera un mayor número de habitaciones hoteleras, lo que es cuestionable. Sin embargo, lo que es incomprensible es la inercia del Mitur y la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom) para desarrollar un turismo de cruceros que no requiere gran inversión.
Eso no lo saben Barahona y Pedernales porque también están a mil años luz del dragado (o limpieza) que actualmente se lleva a cabo en los muelles del país para permitir la entrada de buques de gran calado que faciliten el transporte internacional de carga y pasajeros que comenzará a partir de 2015 cuando se termine la ampliación del canal de Panamá y comiencen las operaciones del mega puerto Mariel, Cuba, con su gran zona franca industrial.
Los proyectos de Panamá y Cuba, al igual que los puertos Rio Haina y Multimodal Caucedo en República Dominicana, son un gran paso de avance dentro de la globalización del comercio internacional y las tecnologías de transporte marítimas. Pero Barahona y Pedernales no saben nada de eso. Sin embargo, hay que reconocerle a Noesito Sterling en su condición de ex director Apordom su decisión de que barcos destinados a otros puertos del país descargaran sus mercancías en el muelle de Barahona.
Los hombres y mujeres de Barahona y Pedernales tampoco saben que puertos como La Romana y Santo Domingo/Sans Souci sirven eficientemente al comercio y turismo de cruceros al mismo tiempo. Desconocen que una de las cosas que engrandece a los santiagueros es que no se conformaron con haber conseguido "una plancha eléctrica y agua en tubería" sino que cada día que pasa quieren más de todo lo que tiene Santo Domingo. Hay, Dios mío, y si Santiago tuviera mar? No lo tiene porque Dios prefirió bendecir el Cibao con una tierra fértil mientras bendijo al Sur con condiciones marítimas inigualables a las cuales no se le ha sacado el debido provecho.
Aún así, ni Barahona ni Pedernales miran hacia el mar para visualizar su desarrollo comercial y turístico. Nos ahogamos en nuestros lamentos. Rabiosamente nos enfocamos (con anteojera y foete) en la tierra con habitaciones hoteleras que nunca llegan, con tantos problemas como es el caso de Bahía de las Águilas y la invasión de terrenos públicos y privados en el tramo costero Barahona-La Ciénaga, lo que repercute negativamente a nivel internacional y aleja la inversión turística.
Por el contrario, Barahona y Pedernales se entretienen con casetas de orientación turística, promoción de eventos deportivos, limpieza de playas, seminarios, alianzas estratégicas y/o clúster turísticos mientras los muelles se caen a pedazos y los aeropuertos solo reciben agua, viento, sol y sereno. El incipiente y estancado sector hotelero siempre ha sido permeado por supuestos promotores o activistas turísticos que en materia de inversión nunca han llevado "una gata a mear", cuyos planteamientos carentes de toda lógica o pragmatismo desvirtúan el enfoque del desarrollo turístico en el corto-mediano plazo.
Barahona y Pedernales no están al tanto de los RD$4,000 millones que la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom) tiene en carpeta para la ejecución de trabajos de rehabilitación portuaria, según se ha publicado. Ni tampoco de la existencia de una Comisión Presidencial para la Modernización y Seguridad Portuaria, la que aparenta no tener relación alguna con Apordom ante la virtual congelación de fondos para la adecuación portuaria, si tomamos en cuenta que la mayoría de las inversiones en infraestructura portuaria las realiza el sector privado, como admite su director.
Barahona y Pedernales no saben que aunque eso es cierto el Estado dominicano modernizó el puerto Rio Haina el siglo pasado, por lo que no hay que descartar que algo parecido pueda suceder en el Sur debido a la globalización. Ni que tampoco el Ministerio de Turismo (Mitur) está poniendo todo su empeño para que el muelle de Montecristi se convierta en un muelle de cruceros para colocar esa zona en el mapa del turismo mundial teniendo como complemento la nueva terminal turística Ámbar Cove de Maimón y el relanzamiento del polo turístico de Puerto Plata. Barahona y Pedernales no saben nada de eso y de muchas cosas más…porque sencillamente le hemos dado la espalda al mar y nos hemos olvidado de la existencia de habitaciones flotantes de cruceros.
Luis Eduardo Díaz Franjul
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