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Por Manuel Humberto
Especial para DiarioDigitalrd.com
Mientras José Cabrera y sus seguidores se sintieron atemorizado por el empuje que viene exhibiendo el equipo de Luis Alberto Tejeda, la lucha por la candidatura a la Alcandía no presenta fuertes erupciones volcánicas. Sin embargo las pequeñas humaredas que, de cuando en cuando, se presentan al público, es señal de que el magma está excesivamente ardiente.
Para la Alcandía de Santo Domingo Este suenan más de dos aspirantes peledeistas. El legendario German Peña Guadalupe es uno de ellos. Algunos sostienen que podría dar alguna sorpresa, pero la mayoría de los constatados resultaron enfático: “German es un bueno, pero no parece estar en la pelea”. Sin embargo, las opiniones de los consultados y los observadores independientes parecen más decididas, creen que el real enfrentamiento será entre Manuel Jiménez y Juan de los Santos.
Por el momento ellos aparentan estar en fase de estudios mutuos, lo que no quiere decir que haya ausencia de movimientos, especialmente de fichas. Cada uno, calladamente, está empujando y midiendo sus capacidades ganadas y ganables.
Hasta ahora Manuel Jiménez ha demostrado ser el peledeista de mayor arraigo popular dentro de la circunscripción No. 2. Sin contar con el apoyo de ningún grupo fuerte dentro del PLD, ni administrar los empleos y demás recursos públicos destinados a esta demarcación electoral, nunca ha perdido una de sus aspiraciones y se ha impuesto abiertamente a los demás en términos de votos internos y externos.
Nadie duda de que si Manuel se presentara nuevamente para una diputación volvería a ganarla otra vez, superando a los demás contendores de su propio partido. Pero Manuel, como buen gladiador político, ha decidido superarse asimismo y a otros, aun a sabiendas de que con ello podría poner en riesgo su propia estabilidad política.
Por el momento su estrategia parece ceñirse a la silenciosa captación y movilización de fichas claves. Su marco motivador consiste en plantear el desarrollo de una Alcaldía para los compañeros y las comunidades de Santo Domingo Este. Cree que bajo esta promesa su espacio de crecimiento solo tendría como techo los incondicionales de su virtual oponente y ciertas figuras excesivamente controladoras dentro del partido.
Los seguidores de Manuel, aunque poco expresivos públicamente, hablan acremente de los dirigentes que controlan las estructuras oficiales del partido, así como de aquellos que han ganado posiciones gubernamentales. Sostienen que estos se olvidan de los peledeistas luego de los procesos electorales. “Nos abandonan a nuestra suerte luego de habernos usado”, dijo uno.“Creemos en Manuel porque al menos este nos visita”, dijo otro.
Nuestras fuentes nos informaron que si para diciembre los números indican posibilidades, entonces de enero en adelante proclamarían a Manuel y le declararían la guerra abiertamente a Juan de los Santos. De lo contrario, Manuel abandonaría sus aspiraciones.
Ahora bien, si ciertamente Manuel ha sido hasta el momento el peledeista más triunfador de la Circunscripción No2, tendrá que vérselas con el peledeista más exitoso de Santo Domingo Este y probablemente del país con base propia: Juan de los Santos.
Juan de los Santos fue diputado durante 2002-2006, ganó la sindicatura en el 2006, la volvió a ganar en el 2010, y a principio de este año fue seleccionado como miembro del Comité Político. Difícilmente se encuentre un peledeista con ese record.
Su estrategia parece orientarse a renovar motivaciones y deshacer lo que algunos califican de “profundo desencanto” peledeista hacia la actual gestión municipal. En ese sentido ha introducido varios cambios en la administración municipal y ha intensificado sus contactos con los dirigentes de las distintas circunscripciones. Todos estos movimientos son monitoreados constantemente mediante sondeos de mercado.
¿Pero ustedes no plantean retirarse como contempla Manuel en caso de que a diciembre los números no le den? “Nada de eso. Nosotros hemos planteado un bateo y corrido”, comentó la fuente, al tiempo que nos pedía encarecidamente que le dejásemos en el anonimato.
Hasta el momento ninguno de los dos ha desplegado propuestas municipales abiertamente. Pero lo poco que han mostrado le resulta profundamente desazonador a los observadores más independientes. “Ambos contendientes se revelan rutinarios, poco creativos e innovadores, así como, aunque parezca extraño, terriblemente desconocedores del terreno de la municipalidad” dijo uno.
Todo indica que habrá repetición de lo mismo: lucha por una posición pública apoyada en una clientela a fin de acaparar los beneficios que ella ofrece, pero no para desplegar los mandatos de los votantes y las leyes mediante la puesta en ejecución de algún plan de desarrollo estratégico municipal de alta sostenibilidad.
Es en el marco de este contexto que Winston propone y lanza su candidatura a Diputado. “Lo que él se ha propuesto es llenar el vacío que deja Manuel en el marco congresual al decidirse por la Alcaldía” dijo una de nuestra fuente allegada a Winston. En su discurso de presentación de sus aspiraciones él mismo lo admitió, que pretendía llenar ese vacío que dejaba Manuel a nivel congresual.
Winston se vende como hombre bueno, como cristiano, pero no olvida afincar sus dos patas de manera firme en la tierra. Debido a las características de la campaña interna se muestra conciliador y amable con los demás aspirantes. Cree que si los demás se pelean él puede ganar votos con los demás. “Se puede votar por varios”, dijo en su discurso de presentación en el Club de los Billeteros.
Pero como aquel que no quiere la cosa, Winston fue claro en algunos puntos. Aludió a la desesperanza de los peledeistas cuando dijo: “la fe, la esperanza, no se deben perder”. Igualmente aludió al abandono a que han sido sometidos los peledeistas por parte de los que controlan los recursos ganados por el partido cuando arguyó que trabajará en “beneficio de los que no tienen dolientes en nuestro partido”, pero también a aludió a la falta de compromiso con los compañeros y la comunidad de los funcionarios electos. En ese sentido dijo que trabajaría la unidad de los diputados electos “por el bien de los compañeros”, pero también para trabajar unidos “en beneficio a la comunidad”.
En uno de sus momentos más emotivos Winston argumentó “Esto tiene que cambiar, esto no puede seguir así, vamos a aportar para que el bienestar llegue a ustedes”.
¿Supone Winston que los que controlan las estructuras de la circunscripción No 2 sólo se han beneficiados ellos? “No es cosa de que Winston lo suponga, es cuestión de hechos. Lo real es que en nuestra circunscripción todo se queda arriba, más que en ninguna otra parte. Aquí algunos se han hecho dueño del partido, utilizan los recursos que le corresponden a esta circunscripción para enriquecerse ellos, para sus amigos, amantes, y familia, menos para los que buscamos los votos a este partido; y eso yo entiendo que es injusto, demasiado injusto”, contestaba uno de sus más ardientes partidarios.
Al parecer el planteo de Winston se inscribe dentro de una estrategia discursiva que pretende desafiar ycambiar el establishment partidario actual de la Circunscripción No2. Según una de nuestras fuentes “Winston quiere marchar contra la ley del embudo que han establecido ciertos dirigentes en nuestra circunscripción”.
Para los más avispados observadores políticos del área, Cabrera probablemente se haya percatado de la estrategia de Winston y de sus implicaciones para sus aspiraciones. “¿De qué otro modo se explicaría que, en sus esfuerzos por detener a Luis Alberto, Cabrera haya decidido de manera inteligente realizar una primera rueda de prensa tres días antes del lanzamiento de la candidatura de Winston y una segunda rueda de prensa en la semana donde la información local relativa a Winston sería el tema de comentario?” se preguntaba retóricamente uno de estos observadores.
¿Pero que tanto podía aportar Castillo a la campaña de Cabrera que fue dejado por este como la segunda pieza de pan destinada a completar el sandwiche comunicacional dentro del cual pretendía aprisionar el impacto del lanzamiento de la candidatura de Winston?