No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo…, y los que están hablando y promoviendo reelección presidencial desde el Gobierno no alcanzan a valorar la dimensión del daño que están provocando.
Es una apuesta ciega e irracional que ni obedece a la voluntad del presidente Danilo Medina, ni a las posibilidades reales de lograr una modificación constitucional para reintroducir una figura de rememoración catastrófica para el desarrollo institucional del país.
Los votos congresuales para imponer una modificación constitucional son hoy más precarios que en oportunidades anteriores en que el endiosamiento al gobernante de turno condujo a violentarlo todo para tratar de reelegirlo.
No es solo que como lo acaba de advertir el ex vicepresidente Rafael Alburquerque, que el PLD no cuenta con los votos para producir una reforma constitucional, es que entre los que tiene hay señales muy claras de oposición a ese propósito.
Una muy obvia la acaban de dar los senadores leonelistas al escoger al senador Adriano Sánchez Roa como vocero de los senadores del PLD. Los danilistas, por la imagen del Senado, imploraron para que tal cosa no ocurriese e incluso sugirieron otros nombres de leonelistas para apoyarlo en forma consensuada, y la respuesta fue no, “el que queremos es a Adriano”, que ganó 16 votos contra 14.
Moraleja: quisieron hacer saber a los que andan hablando de reelección que tienen votos en el senado para frenarlos, y si necesitan que se lo expliquen con cucharita, el senador José Rafael Vargas, que al igual que el doctor Alburquerque, hablan como voces autorizadas del leonelismo, volvió a declarar esta semana que la reelección está prohibida y que es un imposible conseguir los votos para modificarla.
Pero en el danilismo hay manos que no se levantarían ni con una grúa para tal despropósito, es cierto que hay diputados con poco que perder que entran en cualquier cosa, pero hasta ahora no ha habido un solo senador que le ande haciendo coro a lo absurdo.
Olvidan que entre los seguidores de Danilo Medina hay muchos que lo respaldan, lo admiran y lo respetan porque lo consideramos un político excepcional, no uno de esos tantos animadores de circo que desde Pedro Santana hasta Hipólito Mejía les ha importado hacer añicos sus propias palabras.
El caso de los votos PRD y PRM no tengo que volver a analizarlos, saben que si tienen chance no será contribuyendo a que el PLD concurra a las elecciones con Danilo Medina.
Como Danilo Medina se ha encerrado a trabajar día y noche con todas las dificultades que ha tenido que afrontar, es probable que no haya tenido tiempo de explicarles cómo ha logrado mantener a flote una economía con un déficit como el heredado y con problemas estructurales como los descritos en su tenida con la prensa palaciega, todo ha sido a base de malabarismos sustentados en un intangible llamado confianza, que si se pierde, Dios tenga compasión de los dominicanos sobre todo de los más pobres que siempre cargan las peores consecuencias.
¿Quién les ha dicho a los que buscan destruir la credibilidad de Danilo Medina, que a un país le hace mal saber que cuenta con un líder diferente, que promete lo que puede cumplir y cumple lo que promete, que no ha ido al poder por delirios de grandeza sino por vocación de servicio y una experiencia de Estado puesta en beneficio de la nación?