Juan Bolívar Díaz Santana se ha ganado un espacio en la sociedad dominicana a lo largo de 46 años de un ejercicio profesional ejemplar, donde el sacrificio, tenacidad, pasión, inteligencia y hasta la exposición al peligro han sido determinante en su dilatada carrera profesional.
Como ser humano habrá cometido algunos errores tácticos mayormente en el fragor de las luchas sociales, políticas, gremiales y profesionales en las que ha transitado, pero nadie en la República Dominicana podrá regatearle de que estamos ante un profesional de la comunicación social excepcional y que ha ejercido con notable dignidad su profesión.
Transitar por la vida bajo la sombra de los principios éticos, morales y profesionales en cualquier sociedad no es tarea fácil, porque requiere de una decidida tenacidad y especialmente de convicciones personales que están en muchos casos por encima de cuestiones materiales.
La grieta social que invade la sociedad dominicana desde hace mucho tiempo, ha colocado en el zafacón de la historia a muchas gentes que poseían cualidades extraordinarias para poder trascender más allá del oficio o profesión que ejercieron por décadas.
Asumir la causa colectiva por encima del individualismo es una notable proeza en una época donde el “sálvese quien pueda” tiende a predominar y en ese contexto Juan Bolívar lo ha logrado exitosamente.
Esa vocación profesional ha sido transmitida en las aulas universitarias a cientos de jóvenes que recibieron sus enseñanzas, permitiendo que hoy varios de ellos hayan podido trascender en las estructuras mediáticas del país.
La entrega del Premio Nacional de Periodismo 2014 a Juan Bolívar Díaz, es un acto de justicia a una persona que ha dedicado su vida a la defensa de las instituciones democráticas, de los desamparados y de la equidad social en la República Dominicana.
El jurado del Ministerio de Educación y del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) actuó con sentido de justicia al proponer y posteriormente seleccionar al veterano periodista.
En lo personal, sentí un agradable impacto emocional al ver en el Palacio Nacional a Juan Bolívar recibir la entrega de ese valioso reconocimiento.
Siempre estaré agradecido de él, cuando me alojó en su casa en momentos en que preparaba mi tesis de grado universitario e iniciaba mis primeros pasos como pasante en la redacción del diario El Sol. Y luego, por sus orientaciones profesionales como integrante del equipo de reporteros fundadores de El Nuevo Diario.
Un Defensor de su Clase Profesional
Contrario a la posición asumida por otros periodistas de su generación, que se han acomodado a las posiciones ejecutivas y han olvidado su clase profesional, Juan Bolívar ha sido y sigue siendo un defensor de los periodistas del país y lo volvió a demostrar precisamente en el momento en que recibía el merecido Premio Nacional de Periodismo 2014.
“Los periodistas son pluriempleados, con dobles y hasta triples jornadas de trabajo, porque la remuneración empresarial se quedó muy distante de la pública”, expresó.
El presidente Danilo Medina tras ser abordado por la prensa dijo refiriéndose a la trayectoria periodística de Juan Bolívar Díaz: "Todo lo que se ha dicho de él es poco, porque lo tiene bien ganado".
Mientras que el ministro de Educación, licenciado Carlos Almarante Baret, planteó al hablar en la entrega de la premiación que el galardón fue otorgado en base a la evaluación de la obra de toda una vida de ejercicio profesional y resaltó que Juan Bolívar sobresale por una vida profesional dedicada a la defensa y fortalecimiento de la democracia.
En ese escenario, brillaron por su ausencia algunos de sus ex alumnos y compañeros de labores que actualmente ocupan posiciones importantes en los medios de comunicación, colegas a los cuales Juan Bolívar les abrió las puertas en los diarios y noticiarios que ha dirigido.
Pero al fin de cuentas, estuvimos los que debimos estar; los que reconocen al ser humano por su trayectoria y aportes a la sociedad por encima de la mezquindad partidaria, de intereses empresariales, de las diferencias ideológicas, religiosas y gremiales.
Allí estuvimos los que sinceramente sienten admiración, respeto y alegría por el triunfo ajeno, que en definitiva es una manera inteligente de aprender a convivir y de alcanzar la paz interior tan fundamental para la salud plena del ser humano.
¡Enhorabuena hermano Juan Bolívar, salud y larga vida!
Artículo de Manuel Díaz Aponte
Viernes, 22 de agosto del 2014