El presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Leonel Fernández, analiza las etapas de transición de dictaduras militares a regímenes democráticos en América Latina en su Observatorio Global de esta quincena publicado en el Listín Diario.
Luego de un recuento histórico por esas transiciones en América Latina en los años 40 y 50, el expresidente Leonel Fernández, refiere que en la segunda ola el péndulo político volvió a cifrar las esperanzas en la emergencia de un régimen de libertades, respetuoso de la dignidad humana.
Leonel Fernández narró que diferentes episodios condujeron al fin de la segunda ola. “En realidad, se había esfumado, y ya para entonces empezaba hasta a dudarse de las posibilidades de que la democracia pudiese llegar, algún día, a florecer en nuestros pueblos”.
Para introducir su artículo titulado “Dictadura, democracia y revolución” en la tercera ola recuerda que no solamente eran los golpes de estado, sino también los fraudes electorales y las diversas maneras de frustrar las aspiraciones de mayor libertad, apertura y participación.
“Transcurrieron exactamente 20 años para que una nueva revolución volviese a triunfar en América Latina, después de la epopeya cubana. Fue en el 1979 que el Frente Sandinista de Liberación Nacional logró arrebatarle el poder por las armas a la dictadura somocista, y fue también en ese mismo año que Maurice Bishop y el Movimiento de la Nueva Joya alcanzaron la victoria en Grenada”, relata.
El presidente de FUNGLODE explica que esas hazañas no pudieron repetirse en ningún otro lugar, y las propias revoluciones sandinistas y de Grenada no pudieron sostenerse.
“De manera coincidente, el péndulo en favor de la democracia empezó a oscilar de nuevo, por tercera vez, en dos décadas, en América Latina; y eso se inició por aquí, en el 1978, en las elecciones que permitieron la alternancia del poder en la República Dominicana”, destaca el expresidente.
Manifiesta que más tarde, específicamente durante los años ochenta, se extendió por todas partes en la región; y que ahora, durante más de treinta años, por vez primera en la historia de nuestros pueblos, ha sido el sistema político dominante.
Refiere que movimientos revolucionarios que no pudieron conquistar el poder por vía de las armas, ahora lo han hecho a través de los votos y que por ese medio, los sandinistas reconquistaron el poder en Nicaragua, y de esa manera también lo han logrado el Frente Farabundo Martí, en El Salvador; los socialistas chilenos; y el Frente Amplio de Uruguay.
“Una combinación de factores, internos y externos, ha determinado que la tercera ola democrática en América Latina haya tenido consistencia en el tiempo. Ahora, sin embargo, como lo han indicado un conjunto de pensadores de la región, de lo que se trata es de cómo transformar una democracia electoral en una democracia de ciudadanos. Y obviamente, para lograrlo, la democracia habrá de tener la misma vitalidad que el primer día de una revolución triunfante”, concluye.