Por Ramon Ureña Torres | Como pasa con muchísimas leyes, con la creación de la Ley 54-00 de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pese a dicha norma legal tener aspectos muy positivos que han incidido en la regulación y cuidado del medio ambiente, como dice el refranero popular “ El que hace la ley hace la trampa ”, dando esto último por resultado, que ha nacido un nuevo método de destrucción del bosque dominicano.
Decimos lo anterior, pues esta ponderada y consensada ley regulatoria, 33 años después de promulgado el cierre de los aserraderos comerciales en el país, permitió que éstos volvieran a ser reabiertos con un nuevo status legal. Los aserraderos de hoy, son más modernos que los viejos que operaban hasta 1967 y su capacidad para procesar la madera que se extrae de los bosques es mucho mayor y más rápida, por lo que se requiere menos tiempo para devastar un Bosque por denso que sea.
Para lograr el marco legal bajo el cual operan hoy los nuevos aserraderos, es lógico que“ la antigua y atrasada Ley Forestal 5456 tenía que ser derogada al promulgar la moderna Ley 64-00. Esta ley crearía figuras legales para que a la tala de los bosques hoy se les llame “ Planes de Manejos Forestales ”. No es que en la dirección técnica del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), seamos contrarios a los planes de manejo del bosque como tal, pero es que lo “demasiado hasta Dios lo ve ” como decimos en el campo.
En Centroamérica y otras zonas donde existen grandes reservas de bosques, existen planes de manejo y cada año se extraen de esos bosques grandes cantidades de madera y biomasa que es aprovechada en los mercados nacionales y de exportación.
La diferencia entre esos países y el nuestro es que, mientras allá existen grandes reservas forestales, aquí nuestros bosques son muy pequeños. Mientras en esos países existe una verdadera cultura de regulación del bosque y de un uso racional del mismo, aquí tenemos una cultura depredadora que entendemos que el bosque es un recurso infinito, inagotable.Mientras esos países forman parte de un vasto territorio continental, nosotros somos apenas un poco más de una media isla con la otra mitad totalmente desolada. Mientras en esos países se utiliza un manejo sostenible del bosque y como tal existe una política de reposición permanente de los árboles que se extraen, aquí tenemos una cultura destructiva, donde sólo vemos los camiones que diariamente descienden de los bosques, pero nunca o casi nunca, vemos esos mismos camiones subir cargados de plantas para reponer las extraídas.
CATORCE AÑOS
Luego del cierre de los aserraderos en 1967 realizado mediante el Decreto 209-67, se siguió deforestando, pero la misma la hacían los campesinos que practicaban la Agricultura nómada y pequeños aserraderos manuales ilegales que eran fuertemente reprimidos.
Recordemos que el citado decreto sacó la Dirección de Foresta, del Ministerio de Agricultura y pasó la misma a las Fuerzas Armadas Dominicanas.
Desde que en la ley 64-00 se estableció el mecanismo que permitía nueva vez la instalación de aserraderos en el país para procesar los pinos de los planes de manejos, las montañas de las principales cuencas hidrográficas, no han cesado de ser penetradas, cada vez más hacia adentro, por las sierras eléctricas que cortan un pino en apenas segundos.
Durante 14 años hemos sido testigos de ver miles de camiones, sí , miles de camiones cargados de gruesos troncos de pinos, descender de esas montañas. No hay un día, incluyendo muchos domingos que esto no suceda.
El Bosque de Coníferas, formados de manera preponderante por el Pino Criollo u Occidentalis, es el más atacado y de seguir el ritmo que lleva, muy pronto desaparecerá. Pues aún en los escasos proyectos donde se ha sembrado algo o se está sembrando, la reposición se está haciendo de forma primordial con pinos de otras especies, principalmente el Caribea, introducido en Centro América.
Las Leyes 64-00 y la 176-07 le asignan un rol de regulación a los ayuntamientos, como rectores del uso de suelo, pero prácticamente ninguno de los ayuntamientos del país , ni siquiera los de áreas muy sensibles como son los de la Sierra y principales cuencas hidrográficas, se dan por enterados de lo que está pasando para exigir un cese a este crimen ecológico que se comete día a día ante los ojos de todos.
RESULTADOS
Han pasado 14 años de la promulgación de la Ley de Medio Ambiente (64-00) y nuestros ríos y arroyos están cada día más diezmados, su caudal se reduce de un año a otro, mientras la población crece día a día demandando más y más agua para los diferentes usos : Humano, Riego e Industrial.
Ante esta realidad nos preguntamos ¿ De qué ha servido contar con una Ley tan moderna?
En 30 – 40 años más la población de la isla Hispaniola se colocara en los 30 millones de habitantes. ¿ Como estarán nuestros ríos para ese entonces ? y si se continúa el ritmo que llevamos con la destrucción de los escasos bosques que tenemos , amparados en el sofisma legal de los Planes de Manejos , ¿ cómo estarán nuestras ya devastadas montañas ? .Los técnicos abanderados y propulsores de los planes de manejos, justifican los mismos de diferentes formas : Que hay que extraer esa madera pues de otra manera la misma se convierte en combustible generadores de incendios ; que el bosque es un generador de riquezas que de otra forma se perdería ; que eso sustituye divisas pues aminora las importaciones de madera, etc.
Todo eso es cierto y el CRD lo compartiría plenamente, si no se estuviese abusando con los llamados planes de manejo y con tantos aserraderos operando. Esto nos llena de nostalgia y nos lleva a volver la mirada a 1967 cuando se cerraron todos los aserraderos.
El día que se nos muestren los viveros que poseen los operadores de los planes de manejos y que se esté obligando a cada dueño de aserradero a plantar y cuidar 5 – 10 árboles por cada tronco que procese y que los mismo se haga con los dueños de los planes de manejo; ese día estaría de acuerdo con los mismos.
Se impone una pausa urgente de no menos de 20 años sin corte de arboles amparados en los Planes de Manejos. En ese periodo la naturaleza hará su propia regeneración, pues no podemos contar que se harán planes serios de reforestación en nuestro país. Nuestros ríos y bosques no se restauran con los“ Operativos Promocionales ” que con frecuencia hacen empresas privadas, clubes y hasta el mismo Ministerio de Medio Ambiente . Se siembran unos árboles, se toman fotos para la prensa , un buen almuerzo y refrigerio y luego a esperar al otro año para hacer lo mismo, aprovechando un día conmemorativo , Así no se salvaran nuestros ríos.
Lo que decimos no es casual; no solos los que están deforestando amparados en los Planes de Manejo, carecen de viveros para producir las plantas de reposición del Bosque, sino que el mismo Ministerio de Medio Ambiente, que años atrás disponía de Viveros Forestales bien provistos de plantas en las zonas más sensibles , hoy, cuando más pinos se cortan día a día, ha eliminado la mayoría de los mismos .
En Jarabacoa el principal Distrito Forestal del país, solo conocemos en operación un solo vivero, muy modesto por cierto, que posee el Ministerio en CECARENA y algo experimental en la Escuela Ambiental del Municipio; ya no hay viveros en Manabao, ni en Jumunucù, ni en Paso Bajito, las tres zonas donde la deforestación con los Planes de Manejo es más intensa y continua.
El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), ante la muy preocupante situación expresada, que afecta sensiblemente el porvenir de las presentes y futuras generaciones, por medio de dirección técnica y su Comisión Medio Ambiental, ha externado su voz de alarma, con la esperanza de que el país se empodere como se ha hecho con Loma Miranda y con la Cementera en Los Haitises, ya que lo está pasando con la apertura de los aserraderos es más grave, a la larga, que la destrucción de esos entornos, pues esto se está produciendo de manera lenta, continúa y sostenida, ante los ojos de todos, que miramos sin pretender ver, el drama que viven los escasos Bosques que aún nos quedan sin hacer nada para que se preserven.