Loma Miranda fracasó en su primer asalto, producto de un enfrentamiento entre sectores mediáticos nacionales. Organizaciones populares, grupos sindicales, sector patronal, legisladores, el Gobierno y multinacionales, todos se enfrentaron unos contra otros. Los legisladores toparon una papa caliente, y le tiraron al Poder Ejecutivo una ley que era extemporánea.
Por Manuel Hernández Villeta
Loma Miranda tiene que ser convertida en un Parque Nacional. Los ríos dominicanos tienen que ser protegidos de la comercialización clandestina de su arena. Los trabajadores deben tener un mejor salario. Las empresas multinacionales tienen que operar de acuerdo con reglas claras, y los empresarios nacionales no deben ser especuladores.
Si se toma a Loma Miranda como un hecho aislado, fuera de una lucha general, y de una aceptación por parte del gobierno de un amplio pliego de reivindicaciones, sencillamente se da un paso incierto, y se cae en terreno movedizo.
En la actual coyuntura convertir a Loma Miranda en un Parque Nacional, restringiendo las operaciones de una empresa minera, sólo se podía dar como parte de una jornada, ejecutada desde el Palacio Nacional, de pasar revisión a la forma en que opera el capital local de las empresas multinacionales.
Un hecho aislado de convertir a una loma en Parque Nacional, era una pelea que Danilo Medina no iba a ejecutar. Tenía que enfrentar al sector empresarial, los sindicatos, a organismos internacionales y a poderosas empresas foráneas.
Contaba con el apoyo de una parte del pueblo y de las organizaciones populares. Empero, estos grupos no son seguidores ni simpatizantes del Gobierno, sino que actúan con su propia agenda.
Danilo hizo una movida aceptable. En este momento su agenda de trabajo no tiene a Loma Miranda en prioridad, sino que los legisladores, evadiendo responsabilidades, le tiraron al muerto encima. Las organizaciones populares tienen que seguir su lucha, para que sea Loma Miranda un Parque Nacional.
No son dualidades, sino que esto demuestra que para conseguir el Parque Nacional hay que concertar con los empresarios, con el gobierno, con la minera y con las centrales sindicales. Los que establecieron casas de campaña en las faldas de la loma olvidaron que no habían llegado a su gobierno en medio de una revolución, sino que dentro del sistema estaban buscando una reivindicación.
Tarde o temprano Loma Miranda será un Parque Nacional, pero para elllo tiene que haber mayor dosis de concertación