Por Felipe Mora.
Vertederos improvisados donde uno menos se lo imagina; cloacas destapadas en cualquier calle o avenida, lo que constituye riesgo letal para los transeúntes; las aceras o paseos peatonales ocupados por vehículos de motor; charcos de agua en cualquier avenida; los cementerios públicos arropados por la maleza, y sus calles interiores en muy mal estado. La capital dominicana sufre esa triste realidad. Pero todo indica que sus autoridades edilicias ni se dan por enteradas. ¡Qué pena!
¿Cumple el Ayuntamiento del Distrito Nacional su rol ante la sociedad que representa? ¿Cuál es el comportamiento de sus autoridades? Por lo que se observa en la ciudad de Santo Domingo, parecería que en realidad esa institución y sus autoridades no están cumpliendo con la ciudadanía. La disposición de la basura en sitios públicos es una afrenta para la población. Sólo hay que darse una vuelta por las vías aledañas al Parque Zoológico, o por los frentes del Jardín Botánico, en la avenida República de Colombia, que su isleta central ha sido convertida en un inmenso vertedero.
Los comportamientos del síndico Roberto Salcedo en los últimos años lo colocan ante la opinión pública y la población capitaleña como un funcionario que desentona con la realidad que vive la metrópoli que él representa por libérrima decisión de las mayorías.
Anunciar en agosto una feria de luces artificiales con miras a diciembre constituye una burla a los miles de ciudadanos que malviven con un pésimo servicio de recogida de basura, o que las calles de los barrios donde viven se encuentran en muy mal estado.
En la mayoría de los sectores residenciales y áreas comerciales de la capital dominicana hay un solo grito en lo que respecta a la ausencia de las autoridades municipales para resolver problemas como recogida de basura, mantenimiento del sistema de semaforización, limpieza de imbornales, de cloacas. Esas son atribuciones de la municipalidad, pero la mayor parte de éstas han tenido que ser asumidas por el Ministerio de Obras Públicas, ante la muy enraizada negligencia del cabildo.
Hay labores que deben ser responsabilidad exclusiva del ayuntamiento, entiéndase bacheo de calles, mantenimiento de cloacas, alcantarillas e imbornales, arreglo de calles interiores en los cementerios. Pero en la práctica todo eso se deja en manos del MOPC, que en realidad es el que se involucra en todas esas obras.
Para nada el Ayuntamiento busca solución a vertederos improvisados a todo lo largo de avenidas como la República de Colombia, Circunvalación de Los Ríos, la Independencia por los kilómetros, el Expreso V Centenario, la México, la Josefa Brea, Nicolás de Ovando, la avenida que lleva al Parque Zoológico, con un largo etc.
No tiene ninguna lógica que avenidas céntricas de la ciudad capital sean usadas para lanzar desperdicios en su área verde ante la mirada cómplice de vecinos y autoridades.