Santo Domingo, R.D.-El Movimiento Izquierda Unida (MIU) de República Dominicana criticó el plan desestabilizador de Estados Unidos y los países que integran la OTAN en la zona geoestratégica de Rusia y Ucrania, cuyo objetivo es lograr mantener aislado a Moscú hasta lograr reducir a su mínima expresión una nación que hoy se ha constituido en una pujante potencia reemergente.
El MIU, organización política liderada por el Ministro para Políticas de Integración Regional del Gobierno dominicano, Miguel Mejía, se hizo eco de que el pasado mes de julio, la emisora radial “La Voz de Rusia” publicó un documento secreto atribuido a Rand Corporation, el tanque pensante más poderoso de los Estados Unidos y vocero de su complejo militar-industrial, siempre interesado en atizar crisis, conflictos y guerras que le reportan inmensas ganancias.
Colocamos el texto íntegro de la posición que tiene el MIU sobre la crisis en Ucrania:
¿A QUIÉNES NO CONVIENE UN ARREGLO PACÍFICO EN UCRANIA?
“Por el momento, tras negociaciones directas celebradas en Minsk, capital de Bielorrusia, el pasado 5 de septiembre los gobiernos de Rusia y Ucrania han logrado un cese temporal de las operaciones bélicas en la convulsa región del este, límite entre ambas naciones.
“El conflicto comenzó cuando una ola de protestas violentas en Kíev, sostenidas durante tres meses, provocó que el 22 de febrero del presente año el Parlamento destituyera al presidente Víctor Yanukóvich , abriendo paso a un gobierno provisional de corte pro-occidental y anti ruso, del que también entraron formar parte representantes de grupos violentos pro-nazis, anticomunistas y antisemitas. Como era de esperar y se había estado denunciando, los gobiernos de Estados Unidos y de otros países de la OTAN, desde las sombras, estuvieron financiando el movimiento, para lo cual destinaron más de $5,000, 000, 000 de dólares.
“El objetivo de semejante “inversión” quedaba claramente expuesto: aislar y encerrar a Rusia, pujante potencia reemergente, dentro de un círculo de bases militares hostiles, ubicadas en todas sus fronteras; privarla de su salida terrestre a Europa; cerrar su paso natural al Mar Mediterráneo, al privarla de las bases de su flota ubicadas en Crimea y otras zonas del Mar Negro; castigarla por su posición independiente ante las agresiones imperialistas contra Irán y Siria y por su liderazgo en el seno del grupo de las naciones conocidas como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
“La toma de Kíev por los grupos del llamado Euromaidan implicaba, como se demostró rápidamente, una abierta agresión dirigida contra los intereses geopolíticos rusos y un tardío intento norteamericano por recuperar un liderazgo mundial seriamente afectado, y en franca decadencia.
“El 16 de marzo, Crimea celebró un referéndum mediante el cual, por aplastante decisión de más del 90% de los votantes, se acordó su reincorporación a Rusia, a la que había pertenecido hasta 1956. A principios de abril, rebeldes pro rusos toman la administración de varias ciudades del este de Ucrania, entre ellas, Donetsk, Jarkov, Lugan y Slaviansk, lo que provoca ataques indiscriminados del ejército ucraniano contra la población civil y el inicio de una guerra irregular. El 12 de mayo, tras la celebración de sendos referéndums en medio de los combates, Donetsk y Lugans proclaman la independencia y solicitan unirse a Rusia.
“A pesar del apoyo en armamento, asesores, datos de inteligencia, transferencia de fondos millonarios de “ayuda” y una recia campaña propagandística a favor de Ucrania, por parte de Estados Unidos y países de la OTAN, el ejército de esta nación no logró quebrar la resistencia de los grupos guerrilleros que se le oponen. Desde entonces varios breves períodos de alto al fuego y negociaciones han tenido lugar, en medio de fuertes combates, que según observadores internacionales, ya han cobrado la vida de más de 3,000 personas.
“Junto a las acciones militares, también han tenido lugar otros movimientos diplomáticos, comerciales y políticos que han venido a complicar la crisis, como por ejemplo, en junio, Moscú ordenó el corte del suministro de gas a Ucrania, reclamándole el pago de una deuda de $ 5,000, 000, 000 de dólares. A fines de ese mismo mes, la Unión Europea firma acuerdos de “asociación” con Ucrania, Georgia y Moldavia, alineando a esas antiguas repúblicas soviéticas con sus intereses expansionistas y anti-rusos. Por su parte, los Estados Unidos y las principales potencias europeas han adoptado un conjunto de sanciones económicas contra Rusia, que han sido respondidas por esta de manera proporcional.
“Por supuesto que un cese al fuego entre las partes no significa que se haya logrado un acuerdo perdurable. Las causas profundas del conflicto perduran y lejos de apoyar la paz, existen fuerzas poderosas que no la desean. Lamentablemente ellas son muy influyentes en la actual política de Kíev, cuyo gobierno, de alguna manera, sólo se sostiene por la ayuda “desinteresada” que las mismas le brindan.
“El pasado mes de julio, la emisora radial “La Voz de Rusia” publicó un documento secreto atribuido a Rand Corporation, el tanque pensante más poderoso de los Estados Unidos y vocero de su complejo militar-industrial, siempre interesado en atizar crisis, conflictos y guerras que le reportan inmensas ganancias. Por supuesto, no se trataba de una iniciativa pacífica, ni un llamado a la concordia, sino de un plan para “la supresión del este de Ucrania”, o lo que es lo mismo, para desplegar una represión brutal, genocida contra la población civil que apoya a los separatistas pro-rusos y buscar el aniquilamiento, no la rendición de los mismos.
“Entre las principales medidas propuestas por Rand Corporation, quien jugase un destacado papel en el mismo sentido, aconsejando el exterminio total del pueblo vietnamita durante aquel conflicto, se destacan el fusilamiento sumario de todo rebelde capturado, junto con los civiles que le hubiesen brindado apoyo; la creación de campos de detención a lo largo de la frontera con Rusia, para detectar y evitar posibles infiltraciones, y la confiscación de propiedades particulares en la zona, como medida punitiva. Las regiones en conflicto, se indicaba, deben ser sometidas a un bloqueo total de alimentos y todo tipo de bienes; las señales de tv, radio, internet y todo acceso a la telefonía móvil o por cable deben ser suprimidos y el toque de queda ser impuesto entre 8 de la noche y 6 de la mañana. Los corresponsales de la prensa extranjera deberán ser controlados y censurados.
“La segunda fase del plan recomienda la “limpieza de las áreas en disputa” mediante bombardeos masivos de las ciudades y el uso de armamento prohibido por las convenciones internacionales, como las bombas de fósforo blanco; el fusilamiento de todo el que se resista en las ciudades tomadas a ser evacuado hacia los campos de detención y el aniquilamiento de todos los miembros de las milicias.
“La tercera etapa, según el proyecto “ucraniano” de Rand Corporation, consiste en la “normalización de la vida”, militarizando la frontera con Rusia, confiscando las propiedades del enemigo, o de los simples refugiados, y entregándola, como “premio”, a los combatientes ucranianos.
“El proyecto contrainsurgente de Rand Corporation preveía que para el 1 de septiembre del 2014, las operaciones militares debían haber concluido con la victoria del ejército de Ucrania, y que hasta el 1 de enero del 2015 debía regir en todo el país la ley marcial.
“Una victoria del ejército ucraniano en el este; la militarización de la frontera común, así como el cerco a Rusia por bases militares occidentales y vecinos hostiles es, realmente, lo que entidades como Rand Corporation sueñan para la región, y no el establecimiento de una paz justa y duradera. Esta última no aumenta, sino disminuye los gastos militares. La primera variante, los dispararía. Precisamente para el logro de este último objetivo es que el complejo militar-industrial imperialista y los políticos neoconservadores crean entidades falsas de investigación, al estilo de Rand Corporation.
“El frágil cese al fuego logrado en Ucrania y las conversaciones sucesivas para determinar el destino de las poblaciones que no aceptan el dominio del grupo rabiosamente chovinista, pro-nazi y anti-ruso de Kíev, está y continuará estando en permanente peligro mientras dependa de la “buena voluntad” del imperialismo norteamericano y de la OTAN, embarcados en un tardío esfuerzo por revertir el mundo multipolar que ha surgido de las cenizas de la Guerra Fría, de la crisis global del capitalismo contemporáneo y del fracaso de la “guerra contra el terrorismo”. Una expresión de esos intereses bastardos y de la mentalidad guerrerista que lo expresa, anida en tanques pensantes, como Rand Corporation, a quienes no importan la paz, ni los seres humanos, sino las enormes ganancias derivadas del inmoral negocio de la guerra.
“Ningún pueblo estará seguro mientras la política internacional continué copada por estos actores, quienes lucran con la sangre y el sufrimiento de la gente, y no cesan en sus planes demenciales de expansión y dominio mundial.
“o de Ucrania, no es una excepción”.