Riad, 11 sep (PL) El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y los cancilleres de países árabes del golfo Pérsico, además de Egipto, El Líbano y Turquía, pretenden definir hoy en Jeddah una estrategia común para combatir al extremismo islamista.
Kerry, quien después de visitar Iraq viajó a Jordania, se trasladó a la referida ciudad portuaria de Arabia Saudita, donde asiste a la conferencia promovida por el rey Abdulah bin Abdulaziz con el propósito de concertar una cruzada internacional contra las milicias sunnitas radicales.
Los debates, indicaron fuentes diplomáticas, tienen como eje un reciente discurso del monarca wahabita sobre la necesidad de coordinar acciones contra toda forma de terrorismo y la alocución de ayer del presidente Barack Obama en la que prometió una guerra sin cuartel al Estado Islámico (EI).
Pero más allá de alianzas, Washington insistirá en conseguir facilidades de los Estados involucrados para lanzar ataques aéreos contra territorios de Siria e Iraq, lo que para algunos es motivo de preocupación por eventuales daños a la soberanía de esas naciones, según las mismas fuentes.
En los contactos bilaterales y en la conferencia con sus pares de los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), además de los cancilleres libanés, jordano, egipcio, iraquí y turco, Kerry intentará ampliar la coalición e "intensificar las líneas de esfuerzo", según se dijo.
Al respecto, ya empezó a discutir la posibilidad de que opositores armados sirios sean entrenados en suelo saudita y extender permisos de sobrevuelo de los Estados de la zona para elevar la capacidad de la aviación norteamericana en la contraofensiva al DAESH, nombre en árabe del EI.
Obama anunció el miércoles la decisión de la Casa Blanca de no vacilar en lanzar acciones armadas para "degradar y finalmente destruir" al EI, y señaló que enviará otros 475 efectivos militares a Iraq para garantizar que ningún grupo que amenace a Estados Unidos "encuentre paraíso seguro".
La aviación estadounidense ha lanzado más de 150 bombardeos contra bases del EI y otras milicias extremistas en Iraq y el Pentágono suministró armas al Ejército leal a Bagdad y a combatientes kurdos Peshmerga que se enfrentan a los takfiristas (terroristas islámicos sunnitas).
A Jeddah también llegó hoy el ministro libanés de Relaciones Exteriores, Gebran Bassil, con el propósito de explorar y definir los medios para eliminar la amenaza terrorista que también representa el Frente Al-Nusra, la más activa de las bandas armadas que combaten al gobierno de Damasco.
Bassil se reunió por separado con varios homólogos árabes y reiteró la postura de Beirut expresada ayer por él en la capital de Francia, al apelar a un frente común para librar una batalla definitiva entre lo que describió como "la humanidad" y los "monstruos del EI".
Sin embargo, añadió un matiz al aseverar que "no podemos excluir a nadie con el deseo y los medios" de combatir al extremismo yihadista, lo que para círculos regionales fue una alusión implícita a la eventual participación de Irán en la estrategia que desea comandar Washington.
rc/ucl