“Todo parece indicar que Leonel será Presidente de nuevo”, me comentó un viejo y querido amigo con cara de preocupación.
-No le será tan fácil- Respondí.
-Danilo no podrá reelegirse aunque quiera. Y sin Danilo en el escenario Leonel no tiene oposición real en el PLD- Apunto.
-¿Tú crees?-
-¡Claro! Nadie en el PLD tiene una estructura orgánica tan poderosa; nadie tiene tantos recursos económicos como los que acumuló a través de sus testaferros durante 12 años; nadie tiene tanto control en los medios de comunicación, como Leonel. Y como si fuera poco Leonel compró la mayoría de los partidos pequeños- Concluyó.
Incluso algunos empresarios estarían dispuestos a darle su respaldo porque lograron aumentar sus fortunas en esos 12 años. Todas esas “ventajas” las tiene, es cierto. Pero al mismo tiempo tiene muchas desventajas: Los problemas en el PLD son y serán cada día más graves aunque no salgan, de momento, a la luz pública. Danilo no le entregará el poder, así como así. Esos dos grupos, el de Leonel y el de Danilo, se enfrentaran seriamente con más fuerza en la medida que avanzan los días y se acerca la campaña electoral. Ambos grupos tienen mucho poder. El poder que dio y sigue dando el presupuesto de la nación. Es decir, la corrupción, que considero ha disminuido, pero continúa a gran escala. Otra cosa: Los dirigentes que han surgido de “la fábrica de presidentes” no se sumarán tan fácilmente a los deseos y caprichos de Leonel.
Y lo que es más importante, viejo amigo, sería un suicidio del pueblo elegir o permitir que Leonel, por todo lo negativo y perverso que representa, regrese al Palacio Nacional. Ni siquiera lo puedo imaginar. Habría que estar loco, pero de remate, para echar un voto por quién ha encabezado los gobiernos más corruptos y desproporcionado que ha tenido el país en toda su historia. Sería retroceder, dar un salto al vacío para ver cómo se incrementa el narcotráfico, el sicariato, la inseguridad ciudadana, las mafias en las instituciones públicas, el contrabando legitimado, los cárteles legalizados, las injusticias, los viajes ilegales, los juegos de azar, el “vinchismo”, Etc.
Es por eso que la gente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que ojalá sea moderno de verdad, está en el deber de trabajar arduamente para impedir que Leonel vuelva al Palacio. No importa cuántos sacrificios haya que hacer, serán pocos. La tarea fundamental, la primera, la única, la que no deben obviar, es sacar al PLD del Palacio Nacional. Es impedir que Leonel se instale en el gobierno otra vez. Y para eso es necesaria la unidad y la disciplina interna; luego la unidad con todas las fuerzas disponibles para crearla Convergencia, una entidad que desde ya se torna imprescindible y patriótica, porque si Leonel, “vuelve y vuelve”, los hombres y mujeres decentes y honrados tendrán que irse en yola, nadando, volando o cruzando la frontera. ¡Hasta en Haití estarán mejor que aquí!
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