En la década del 60 se inicia la era democrática moderna en la República Dominicana, y con ella la aurora del resurgimiento de los partidos políticos, que como sabemos, son organizaciones caracterizadas por su singularidad, de base personal y relevancia constitucional, creadas con el fin de contribuir con el ordenamiento democrático de la sociedad; esto constituyó el renacer de ilusiones y sueños para la creación de una gran nación.
En un Estado de derecho, los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y expresión de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su principal base de sustentación son sus principios fundamentados en la corriente ideológica y filosófica, esta razón de ser define su naturaleza como de izquierda, centro o derecha, también se pueden tipificar como liberales, conservadores o reaccionarios, en República Dominicana brotaron todas estas expresiones antagónicas en el año 1961.
Este inicio de siglo se han eclipsado los rayos refulgentes del partidismo con fundamento ideológico en la República Dominicana, igualmente han desaparecido los grandes liderazgos, dándole paso al clientelismo y al ejercicio del poder sin los escrúpulos que la ética y ordenamiento constitucional obliga desde la era del estado primitivo.
Para entender que sucede con este cambio de paradigma de la política dominicana, hay que revisar el libro del filósofo y politólogo ruso Alexander Dugin La Cuarta Teoría Política, traducido recientemente al español y publicado en Ediciones Nuevas. ( Articulo de José Alsina Calvés, página transversa)
Para el neo-liberalismo el concepto de “sociedad” no tiene nada que ver en lo literal, ni en lo real con la comunidad, son expresiones distintas. Las relaciones del presidente y el pueblo se establecen a través del “contrato social del voto", con el voto depositado a su favor, el individuo deja de existir, se convierte en un ser abstracto y otorga sus poderes al Presidente, Legisladores, Alcaldes y Concejales.
En los países presidencialistas, el ciudadano vota por un individuo para presidente en las elecciones y le otorga todos los poderes para que decida todos los aspectos relativos al ejercicio gubernamental, y con los otros poderes decide toda la suerte del Estado. Endosada la nación con sus montañas, ríos, mares, océanos, cielo y espacios físicos, hasta las bases jurídicas de la nación son manejadas con patentes de corso por un cuatrienio, y si los ciudadanos protestan le sueltan las fuerzas represivas que llaman del orden, para que lo repriman hasta el genocidio colectivo si fuese necesario. ¡Esa es la realidad y relación biunívoca pueblo y gobierno!
Son estas las prerrogativas constitucionales, que permiten actitudes como las que la nación de manera impávida ha observado con el caso de Loma Miranda, el Congreso Nacional con ínfula de poder independiente, declaró mediante Ley a Loma Miranda "Parque Nacional" y el presidente observó dicha Ley y la devuelve al Congreso sin promulgarla, el Comité Político del PLD, baja una línea “anti pueblo, anti ecológica” e instruye a los Senadores y Diputados, quienes como dibujos inanimados, acogen en todas sus partes las observaciones, esto hace que se levanten protestas en todo el territorio nacional, y desde el Palacio Nacional un vocero con las ínfulas faraónicas que da el poder, en el sistema presidencialista, que el gobierno pide a grupos paz, tranquilidad y orden. Así mismo el Jefe de Estado instruyó a los cuerpos armados a preservar la paz a cualquier precio.
Me preguntó quién violenta la paz, el pueblo que pide preservar su patrimonio o quien vende nuestro recurso a las firmas que explotan y depredan de nuestras riquezas. El pueblo tiene derecho a defender su patrimonio ecológico. ¿Quién está al margen de la Ley, el padre Rogelio que lucha por la integridad de nuestro ecosistema, o quienes venden el patrimonio?
Mientras el movimiento mundial tiende a preservar al planeta tierra, el partido gobernante PLD y su presidente de estirpe neoliberal tienen una vocación de depredadores ecológicos.
Nos apena decirlo, este país no merece el castigo histórico de ser conducido por este relevo político generacional, el pueblo dominicano nos comportamos como un conglomerado de seres humanos idiotizados, a quienes les roban el patrimonio nacional, y donde no existen escrúpulos de estado, un país que marcha de espalda al mundo moderno, donde la delincuencia no tiene límite y la más grave es la delincuencia de estado, la corrupción de estado, archivo de expedientes tipificados como sospechosos de corrupción de estado, esto hace que en una época donde la transparencia constituye el eje central de la democracia universal, esta media isla se coloque de espalda al movimiento global.
Qué ironía, que burla, el presidente de la Republica Dominicana, en el foro “Invierte en RD”, evento organizado por el CEI-RD,…, invitó a quedarse y a confiar en el “enorme potencial” de la República Dominicana, nación que “está en uno de esos momentos idílicos en que el potencial humano y económico de un país comienza a florecer y multiplicarse”. –
Confieso que los hombres y mujeres que luchamos por la construcción de una democracia ejemplar, hemos fracasado, el Neo-liberalismo que es la era representada por el PLD, ha sepultado nuestros sueños de grandeza patria, y hoy tenemos un pueblo con una franja enorme de pobreza y miseria, adocenado por una tarjeta de solidaridad, bono gas, bono luz y el partido de mayor tradición en nuestro país, entre las garras del PLD, por las migajas miserables o ración de la boa, compraron la franquicia, hoy reducida a menos de un diez por ciento del electorado nacional.
El neoliberalismo nos ha convertido en una Isla de Ciudadanos Abstractos, es decir, en filosofía, abstracto no corresponde a ningún dato sensorial o concepto, solo existe de idea. Si reclamamos nuestros derechos a preservar la riqueza que la naturaleza nos otorgó, somos reprimido por el delito de impedir un genocidio ecológico. ¡Viva el país idílico de Danilo!
Sobre el Autor: Médico, diplomático, articulista y analista de política internacional.