Los detalles de la operación fueron ofrecidos por el secretario de Defensa, Chuck Hagel en una audiencia del Senado de Estados Unidos donde se conoció la situación creada por el Estado Islámico.
Hagel dijo que los ataques aéreos de su país se centrarán “en los santuarios del Estado Islámico en Siria. Ello abarca sus centros de comando, sus capacidades logísticas y sus infraestructuras”.
Mientras que el general Martin Dempsey, principal oficial castrense y al comando del Estado Mayor, advirtió sin embargo que los bombardeos no se parecerán a los ataques a gran escala que acompañaron el inicio de la invasión de Irak en 2003, liderada por Estados Unidos.
Dijo que esta campaña será “persistente y sostenida”, señaló el general Dempsey, quien detalló que asesores militares estadounidenses podrían ser enviados al frente junto al Ejército iraquí si se considera necesario.
Desde el 8 de agosto, la aviación militar estadounidense lanzó 167 ataques aéreos contra posiciones yihadistas en Irak. Hasta ahora se desarrollaban en el norte y el oeste del país, pero el lunes, el Centcom, el comando militar estadounidense encargado de Medio Oriente y Asia Central, anunció un primer ataque cerca de Bagdad.
Y en las últimas 24 horas las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo nuevos ataques al suroeste de la capital.
Otros dos ataques apuntaron a posiciones yihadistas al noroeste de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
El primer ministro canadiense Stephen Harper anunció que 69 soldados de las fuerzas especiales de su país habían sido desplegados en el norte de Irak para ayudar a las tropas iraquíes a combatir al EI.
En la misma región, los combatientes kurdos retomaron siete aldeas cristianas tras combates contra los yihadistas.