Londres, 18 sep (PL) Unos cuatro millones 400 mil escoceses mayores de 16 años están llamados a las urnas para decidir hoy la independencia de su territorio o la permanencia en el Reino Unido.
De acuerdo con las últimas encuestas, los partidarios del No a la soberanía tienen ventaja sobre sus contrincantes del Si, aunque la diferencia en los estudios oscila entre dos y cuatro unidades porcentuales.
Las firmas ICM, Opinium y Survation indicaron que la pugna favorece al No con el 52 por ciento del apoyo.
Por su parte, Ipsos MORI señaló que los detractores de la independencia retienen el 51 por ciento del respaldo.
Los sondeos mostraron que, a menos de 24 horas de la apertura de las urnas, más del cinco por ciento de los votantes aún está indeciso.
En los lances finales de las campañas oficiales del plebiscito, los líderes de ambos bandos insistieron en los beneficios y limitantes que traería para Escocia la separación de Reino Unido, con el fin de ganar los últimos seguidores.
Alexander Salmond, ministro principal escocés, aseguró que Escocia independiente sería la envidia del mundo debido a sus recursos.
Londres no permite que las riquezas de Escocia beneficien a sus propios ciudadanos como debería ser, aseveró.
En cambio, Alistair Darling, jefe de la campaña Mejor Juntos, favorable a la unión, realizó una advertencia final a los escoceses y recordó que, una vez publicado el resultado del referéndum, no habría vuelta atrás aunque la independencia fuese ineficaz.
Darling alertó sobre gastos millonarios en la creación de estructuras necesarias para la dirección de un país, la imposibilidad de utilizar la libra esterlina y el fin de la membresía en la Unión Europea.
En declaraciones realizadas en Londres, tanto los dirigentes del Gobierno como los de la oposición prometieron a los escoceses mayores poderes y autonomía si votaban contra la independencia.
Según el diario The Guardian, Mejor Juntos corre con la mayor parte del nerviosismo de la espera, pues vio como su amplia ventaja se redujo drásticamente con la cercanía de la consulta.
Algunos medios nacionales incluso bromearon sobre quién querría estar el próximo viernes junto al primer ministro David Cameron si los escoceses escogían la soberanía.
Los analistas del país especularon que una victoria del Sí podría conducir a la renuncia de Cameron.
Igualmente, indicaron que Salmond ganará, aun en caso del triunfo del No.
En la mejor de las variantes, el también dirigente del Partido Nacional Escocés trascenderá como principal impulsor de la independencia, y, en la peor, quedará como jefe de un Gobierno autónomo más poderoso, explicaron.
Si gana el Sí, la soberanía sería declarada el 26 de marzo de 2016, pero antes Salmond deberá involucrarse en duras negociaciones sobre la moneda, el petróleo, la deuda externa y el control de fronteras.
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