SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Casa del Conductor, una entidad privada que gestiona los casos de accidentes de tránsito en coordinación con la Dirección de Prisiones y otros organismos públicos, acogió la decisión de Proconsumidor de investigar denuncias de personas que presumen haber sido estafadas por empresas aseguradoras que no reportan a esa institución los contratos de ese servicio pagado en las pólizas de seguros.
La empresa CMA que mantiene un contrato con el Estado Dominicano para operar ese original servicio desde el año 2001, informó que ofrecerá toda la información que requiera Proconsumidor para establecer la veracidad de las denuncias.
Anunció al mismo tiempo el establecimiento de un sistema de verificación para que los usuarios de seguros de vehículos puedan confirmar si han sido reportados a esa entidad por sus respectivas compañías de seguros y tienen el derecho de recibir la asistencia de la Casa del Conductor en caso de que se vean envueltos en un accidente.
“Los libros y los registros de la Casa del Conductor están plenamente disponibles para que Proconsumidor pueda investigar las denuncias recibidas y disponer los correctivos o las sanciones correspondientes; no tenemos nada que ocultar y por lo tanto estamos en la mejor disposición de apoyar y facilitar esta iniciativa de la señora Altagracia Paulino, directora de Proconsumidor”, expresa una declaración de CMA.
Confirma irregularidad
CMA reconoció que en los últimos años se ha incrementado el número de casos de personas que acuden a la Casa del Conductor luego de tener algún accidente de tránsito y a pesar de haber pagado el servicio en la póliza del seguro no aparecen reportados en esa institución.
Explicó que aunque la mayoría de las aseguradoras cumplen regular y oportunamente con los reportes de los clientes que han contratado el servicio, en el periodo 2011-2012 se comprobó que tres compañías afectaron a más de 30 mil personas que se presentaron a la Casa del Conductor luego de sufrir algún accidente y no aparecían reportados como usuarios con derecho a reclamar esa asistencia especializada.
Indica que contractualmente estas empresas están obligadas a pagar una multa equivalente al 100 por ciento del costo de una afiliación por cada omisión detectada. “Sin embargo, a la fecha de hoy la Casa del Conductor no ha captado una sola multa por ventas no reportadas por parte de estas aseguradoras”, puntualiza CMA.
Características del servicio
La Casa del Conductor es una dependencia de la Dirección de Prisiones que funciona como una cárcel especial en los casos de accidentes de cierta gravedad. Si un asegurado es detenido por hechos relacionados con un accidente de tránsito que no tenga que ver con otros delitos, es detenido en la Casa del Conductor en una habitación confortable con baño privado, aire acondicionado, televisión con cable, almuerzos y otras facilidades. Si el accidente sucede fuera de Santiago o Santo Domingo, la Casa del Conductor traslada al ciudadano a sus instalaciones.
En el caso que suceda un accidente de tránsito con lesionados y un ciudadano sea detenido en un destacamento policial, si la aseguradora no ha reportado la venta a la Casa del Conductor, CMA no podría trasladar ese ciudadano hasta sus instalaciones.
Explica que esto produce un perjuicio para el ciudadano al haber sido estafado por su compañía aseguradora, un perjuicio económico para CMA al no percibir ingresos que le corresponden de manera oportuna, un perjuicio al estado al no poder percibir impuestos que le corresponden, y un perjuicio del buen nombre de la Casa del Conductor, ya que el ciudadano perjudicado en principio identifica a esta institución como la responsable del inconveniente.
Cómo surgió la Casa del Conductor
Esta es la versión que ofrece CMA sobre el surgimiento de este servicio, único en el mundo, ideado por la señora Constanza Cubbison, una ciudadana norteamericana radicada en el país desde hace 17 años, luego de sufrir una experiencia traumática en el seno de su propia familia, a propósito de un accidente de tránsito.
Antes de que fuera fundada la Casa del Conductor mediante acuerdo entre el Estado y la empresa CMA, los conductores envueltos en accidentes de tránsitos con personas lesionadas, generalmente quedaban detenidos en una celda inmunda con delincuentes comunes, expuestos a todo tipo de riesgos
Como no existía un sistema eficiente de justicia para este tipo de casos, terminaba imperando la ley del dinero. Si usted tenía suficiente dinero para pagar, salía de la cárcel, y si no se quedaba en espera de una solución impredecible. Claro, si no tenía dinero o relaciones para quedarse en un banco del destacamento policial, entonces debía permanecer detenido junto a los delincuentes comunes.
Para esa época las actas policiales se alteraban y se vendían al mejor postor, sobre todo a bufetes de abogados que se dedicaban a estos casos para tratar de cobrar cifras millonarias a las compañías de seguros.
Los certificados médicos legales también se prestaban al fraude, y algunos médicos legistas colocaban yesos hasta en sus casas para facilitar las demandas de los abogados.
Tampoco se prestaba el servicio 24 horas 7 días a la semana como lo manda la ley y muchos contratos de fianza se manejaban de manera fraudulenta.
Las personas fallecidas en accidentes de tránsito permanecían en los paseos de las carreteras y en las aceras durante horas, ya que los médicos y la autoridad policial no contaban con el presupuesto y la logística para trasladarse al lugar correspondiente y hacer levantamiento.
Un cambio radical
Con la Casa del Conductor se inició un proceso de transformación cultural y se estableció un sistema de gestión imparcial, con servicios eficientes y oportunos, y una administración de justicia con equidad, donde no se necesitaba hacer uso del soborno para tener acceso a un derecho.
También se eliminó el tráfico de influencias, reinó el principio de la igualdad y desapareció la necesidad de llamar a General amigo para que resolviera el problema.
En el esquema de la Casa del Conductor, los policías se convirtieron en profesionales de su área y se les apoyó para que pudieran mejorar su educación. La mayor parte de los policías que han trabajado con la Casa del Conductor se han convertido en profesionales.
La filosofía que ha animado la creación y la existencia de la Casa del Conductor es que ningún ciudadano decide voluntariamente tener un accidente de tránsito y si por alguna circunstancia tiene que vivir esa traumática experiencia debe tener el apoyo de una instancia imparcial auspiciada por el Estado para responder ante la ley sin necesidad de sufrir una castigo mayor ni ser sometido a extorsiones económicas por encima de sus obligaciones y posibilidades.