Washington, 3 oct (PL) Científicos advirtieron que a diario millones de personas toman medicamentos antienvejecimiento sin saberlo, pues varias sustancias ya existentes parecen ser capaces de alargar la vida humana 10 años, informó hoy la revista The New Scientist.
El medicamento más prometedor para prolongar la vida está basado en un compuesto llamado rapamicina, que originalmente era utilizado para inhibir el sistema inmunológico de las personas que reciben trasplantes de órganos.
Sin embargo, los especialistas descubrieron que esa sustancia tiene propiedades que prolongan la vida de levaduras y gusanos.
A partir de ahí, se puso a prueba con éxito en ratones, que vivieron un 14 por ciento más de la media, a pesar de que los animales sometidos a ensayo tenían el equivalente a 60 años de edad humana.
Un grupo de compuestos estructuralmente similares llamados rapálogos llevó al desarrollo de everolimus, un medicamento contra el cáncer que puede revertir parcialmente el deterioro inmunológico provocado por la edad.
Igualmente, los científicos explicaron que la metformina, medicamento más utilizado para la diabetes de tipo 2, también parece prolongar en un cinco por ciento la vida de muchos animales pequeños, como ratones.
MAS SOBRE LA RAPAMICINA
La rapamicina, también conocida como sirolimus, se conoce desde hace décadas y su historia comienza en 1.964 con una de esas maravillosas casualidades que de vez en cuando se dan en la ciencia.
Un grupo de médicos canadienses se trasladó a la Isla de Pascua para realizar una investigación médica sobre su población.
Aprovecharon, también, para recoger muestras del suelo y de plantas locales, con la casualidad de encontrarse por sorpresa con una bacteria que guardaba un nuevo antibiótico clave para futuras aplicaciones muy interesantes en otras tareas médicas.
El sirolimus (INN, también conocido como rapamicina, es un medicamento inmunosupresor usado para evitar el rechazo de órganos trasplantados; se usa especialmente en el trasplante de riñón.
El sirolimus es un macrólido que se descubrió inicialmente como un producto de la bacteria Streptomyces hygroscopicus en una muestra de suelo de la isla de Pascua, también conocida como "Rapa Nui".
Tiempo después, el medicamento mostró eficacia para combatir algunos cánceres, al frenar la proliferación celular y el crecimiento de los tumores.
Por esta propiedad igualmente se usa para recubrir stents medicados de uso intracoronario y evitar su reestenosis.
El compuesto recibió el nombre de "rapamicina" en honor a la Isla de Pascua (Rapa Nui, isla grande).
Después de comprobar su efectividad como antibiótico, comenzaron numerosas investigaciones sobre sus utilidades.
Con el tiempo aparecieron estudios que demostraban cómo la rapamicina también actuaba como antifúngico y, sobre todo, como un potente inmunosupresor muy valioso para evitar que nuestro sistema inmunológico ataque los órganos trasplantados.
Para aumentar la fama de este fármaco, en 2.002 también se probó la eficacia de la sustancia en el tratamiento de algunos tipos de cáncer y en algunas complicaciones cardiacas, lo que le valió el titular de "el sueño de un cardiólogo hecho realidad" en la propia 'Revista de cardiología de Española'.
Como vemos, hasta ahora nos encontramos con una droga realmente prometedora.
Sin embargo, la "locura" de los medios sensacionalistas llegó en el año 2.009, cuando un estudio publicado en la Revista Nature demostraba que la rapamicina era capaz de alargar la vida en ratones.
Desde entonces se han ido publicando nuevas investigaciones que han corroborado estos resultados.
Como era de esperar, cada dato ha ido seguido de publicaciones que equiparan estos resultados a una especie de "elixir de la eterna juventud" o de un "milagroso bálsamo para la vida eterna".
Hace tan solo unos días, científicos de Harvard publicaban un estudio en la Revista Science Translational Medicine sobre nuestra vieja amiga en el que se avanza en el camino ya descubierto para el uso eficaz de esta droga en enfermedades degenerativas caracterizadas por un envejecimiento prematuro, como el síndrome de Hutchinson-Gliford.
Este estudio ha vuelto a conseguir titulares demasiado exagerados que volvían a comparar estos avances en una mágica poción para la eterna juventud.
Por tanto, vamos a intentar recapitular toda esta información para hacernos una idea más general :