La encuestadora Asisa Research recién ha presentado los resultados de un sondeo sociopolítico que satisface requerimientos puntuales e urgentes de los que animan a Leonel Fernández a buscar por cuarta vez, y sin ninguna oferta que lo justifique, la presidencia de la República.
Precisaban de una bocanada de aire fresco que le repusiera de dos eventos adversos: el mal rato vivido en Nueva York, que repercutió más de lo esperado, y la revelación del soborno de 3.5 millones de dólares pagados por la compra de los aviones tucanos, pero el plato servido por Asisa, también alcanza otros objetivos: el de la descalificación de todos los otros aspirantes presidenciales a lo interno del PLD y el de ostentar una autosuficiencia que impondrían a un sector del PLD sin la necesidad de ningún otro, que es lo que ocurre con alguien que sea dueño de un respaldo cercano al 60%.
La ficha técnica habla de un levantamiento efectuado del 3 al 6 de octubre, en una muestra nacional de 1,521 entrevistas, pero algunos hallazgos resultan tan inconsistentes que parecerían extraídos de un mercado distinto al que ha sido auscultado por otras firmas encuestadoras.
Es el caso del mayor desafío que otros estudios han identificado en una eventual candidatura de Leonel Fernández, su alta tasa de rechazo, que conforme con los últimos datos de Asisa ha sido milagrosamente superada, al extremo de que Fernández, es el de las más baja desaprobación de todos los que al interno de su partido buscan la candidatura presidencial.
Tiene apenas un 25.6 de rechazo, mientras Francisco Javier tiene un 37.8, Reinaldo un 40, Radhamés un 45.4 y Temo un 46.3. Aunque a cualquiera le sorprenda, Luis Abinader que no ha gobernado y que lo único que se le ha venido pegando en la mayoría de las encuestas es respaldo, tiene el doble del rechazo de Leonel.
El mismo día en que Asisa le liberaba de su principal dificultad, CID Latinoamérica, publicada en Hoy, situaba la tasa de rechazo de Fernández en un 45% que de ese rango hacia arriba es que la han ubicado la mayoría de los estudios.
Datos como los que le dan al PLD un 71% no ameritan refutación porque todo el que tiene un ombligo por delante sabe que eso no es posible, y menos aun después del desgate de varios periodos en el poder, los resultados de los últimos procesos electorales están ahí y las extrapolaciones no avalan ese absurdo.
Dos propósitos políticos están claramente advertidos, el primero, evidenciar que las únicas posibilidades del PLD, comparten la misma cama, o hay que arar con Leonel Fernández o postular a su esposa, Margarita Cedeño.
Tres semanas atrás Gallup advertía que no tenía triunfo en primera vuelta, pero el panorama varió tan favorablemente para Fernández, que dice Asisa la ganaría con un 59%, aunque los eventos que se produjeron después de la publicación de Gallup le fueron adversos, el único político que crece con situaciones desfavorables.
A lo externo el objetivo de reducir a Luis Abinader, que Asisa le desprende los porcentajes que le dan otras encuestas, es tan obvio como las razones: si un candidato nuevo crece fuera igual reclamo prende dentro, por lo que los antagonismos hay que propiciarlos con las viejas opciones, a las que sería menos trabajoso arrebatarle la representación del cambio, y de la única equiparación con la que Fernández puede lograr ventajas es con Hipólito Mejía.