Por Narciso Isa Conde
Por fuera luce tranquilo, sosegado, parsimonioso…
En apariencia no tiene nada de espectacular. Ni siquiera muestra ínfulas intelectuales. Exhibe modestia y austeridad. Parece cercano y terrenal. Contrasta con el estilo fantasioso de su antecesor, lo que coyunturalmente le favorece.
Esto es lo que se ve en la superficie, pero…
Concentra las más elementales decisiones. Asiste a todas las inauguraciones y corta todas las cintas. La modestia y la austeridad exhibida no han alterado las sumas fabulosas que se gastan en publicidad, ni la costosa asesoría de imagen dirigida para dorar su personalidad política y su gobierno, procurando disfrazar de verdades las mentiras. Y ya se quiere reelegir y está haciendo todo para reformar la Constitución con ese único propósito… ¿para variar?
Esto recientemente lo ha llevado a dar un paso, que rayando en lo teatral, lo expone a la burla mundial: ha sustentado en un evento de la FAO que sus “visitas sorpresas” (la “brincadera de charcos”) tienen las características de modelo referencial de desarrollo a escala global; apropiado -según su sorpresiva “tesis doctoral”- para transformar sociedades con profundas desigualdades en “sociedades de clase media”). Todo esto favoreciendo a los tutumpotes de aquí y de allá, como lo hace. Todo esto sin abolir el capitalismo y ni sin siquiera desmontar el neoliberalismo.
Los hechos de gobierno, por demás, evidencian el fondo que lo ata más allá de ciertas apariencias.
Prometió “corregir lo que está mal”, dejándolo o peor: salarios-precios, salud pública, seguridad social, pensiones, seguridad ciudadana, narco-corrupción, tasa de cambio, deuda pública, dependencia, saqueo, depredación, contaminación minera; sistema eléctrico, transporte, discriminación anti-haitiana, criminalidad policial, impunidad, insalubridad, agua potable…
Prosigue con el clientelismo, la compra de partiduchos sanguijuelas, el reparto del Estado, la protección de funcionarios corruptos, la dinastía de los Vichos, el generalato corrupto, el presidencialismo, las ejecuciones extrajudiciales y las torturas.
Habló de “hacer lo que nunca se ha hecho” para hacer lo mismo: paquetazos, intervención del FMI, privatizaciones, protección negocios de ARS y AFP privadas, continuación de TLCs, ampliación del ITBIS, asistencialismo, exenciones escandalosas, manejo especulativo de los combustibles; subordinación al CONEP, CAMARA MINERA, CAMARA AMERICANA DE COMERCIO (caso Loma Miranda); continuidad de la dictadura institucionalizada y obstrucción a ASAMBLEA CONSTITUYENTE POPULAR Y SOBERANA.
En fin, Danilo actúa como presidente del poder temporal, de la partidocracia y al servicio del poder permanente del gran capital. Tranquilo nos clava el cuchillo, apaciblemente…gerenciando las tres dictaduras mezcladas: la de clase, la política y la mediática. ¡Hasta que el pueblo indignado y movilizado decida otra cosa!