Por Carey L. Biron/IPS
WASHINGTON, 17 oct 2014 (IPS) – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, soporta una fuerte presión para imponer restricciones al ingreso de vuelos y viajeros procedentes de países de África occidental afectados por la epidemia de ébola.
El brote actual mató a más de 4.500 personas, casi todas en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Expertos en salud pública y activistas advierten que esas restricciones perjudicarían a las economías de los países africanos y limitarían la capacidad de la comunidad internacional para enviar personal sanitario y productos a la zona.
“Es necesaria la movilización acelerada de personal y de recursos para controlar la epidemia de ébola en África occidental y atender a los pacientes mediante el establecimiento de nuevos centros de gestión” dedicados a la enfermedad, señaló Tim Shenk, funcionario de prensa de Médicos Sin Fronteras, la organización humanitaria que centraliza la respuesta internacional a la crisis.
“Por esta razón, es crucial que las compañías aéreas sigan volando a la región afectada”, añadió en diálogo con IPS.
Los pedidos para suspender los vuelos y restringir las visas se empezaron a oír en Washington desde que el virus captó la atención mundial luego de que en marzo surgieran los primeros casos en Guinea, pero se reforzaron tras la confirmación de tres casos de ébola en Estados Unidos en los últimos días.
Un ciudadano liberiano que llegó de visita el 20 de septiembre murió el 8 de este mes en Dallas, en el austral estado de Texas, tras infectar a dos enfermeras que lo atendían. Ambas se encuentran en tratamiento por la enfermedad. La situación provocó reacciones intensas y ocasionalmente virulentas.
Obama “debe tener totalmente en cuenta la prohibición temporal de los viajes a Estados Unidos procedentes de países afectados por el virus”, declaró John Boehner, el presidente de la Cámara de Representantes y una de las figuras más poderosas de Washington, el miércoles 15.
De hecho, no existen conexiones aéreas directas entre Estados Unidos y los tres países más afectados por el brote actual. Además, sería sumamente complejo imponer una prohibición de este tipo en los países de tránsito terciarios.
Se podrían limitar las visas de Estados Unidos a los futuros solicitantes oriundos de África occidental, pero eso no reduciría la cantidad de titulares de pasaportes estadounidenses que viven en esos países.
No obstante, Boehner reflejaba así la evidente opinión mayoritaria en Estados Unidos. Una encuesta divulgada el martes 14 reveló que dos tercios de los encuestados apoyarían “la restricción del ingreso” a los viajeros procedentes de los países afectados por el ébola.
De repente, la respuesta de Washington a la epidemia se convirtió en un tema decisivo antes de las elecciones parciales legislativas de Estados Unidos del 4 de noviembre.
Aislamiento peligroso
El Congreso legislativo se encuentra en receso pero el jueves 16 celebró una sesión extraordinaria sobre el ébola en la cual 56 legisladores apoyaron restricciones a los viajes, frente a 13 que votaron en contra, según una lista elaborada por un diario de Washington.
Aunque los contrarios a las restricciones pertenecen todos al gobernante Partido Demócrata, el apoyo a las mismas no se limita al opositor Partido Republicano.
“Me sorprende la intensidad de esta presión política, y la presión es de los dos partidos”, destacó J. Stephen Morrison, director del Centro de Políticas de Salud Mundial, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), una organización independiente con sede en Washington.
“Si bien los argumentos contrarios a la prohibición de los viajes son sólidos, no seducen al público. Además, si la población base portadora del virus continúa creciendo, la amenaza no aflojará y tampoco lo hará la presión”, aseguró.
El gobierno de Obama afirma que no está considerando restricción alguna a los viajes que no sean las revisiones sanitarias y las entrevistas en los aeropuertos internacionales.
“Suspender los viajes a esa zona del mundo impediría el movimiento… de personal y equipos hacia la región”, declaró Josh Earnest, el secretario de prensa de la Casa Blanca, el miércoles 16. “Y la única manera de detener este brote y eliminar cualquier riesgo de ébola para el público estadounidense es detenerlo… en su origen”, añadió.
El jueves 16, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó a la comunidad internacional a disponer de 1.000 millones de dólares para cumplir con la meta de reducción de la tasa de transmisión del virus antes de principios de diciembre.
Aquellos más cercanos a la respuesta internacional a la epidemia advierten que las restricciones de viaje serían inviables, peligrosas y agravarían el brote.
“Usted no querrá hacer nada que acelere de forma inadvertida el colapso económico de estos países o impida el movimiento del personal sanitario y productos básicos sumamente necesarios”, subrayó Morrison, del CSIS.
De hecho, el ingreso a Liberia de trabajadores humanitarios de la Unión Africana se demoró una semana recientemente debido a las restricciones de viaje impuestas en varios países africanos.
“En los últimos meses se produjo una reducción en los vuelos comerciales… y en los productos que ingresan al país”, informó a la prensa Debra Malac, embajadora de Estados Unidos en Liberia, el jueves 16. Esta situación hizo que sea “muy difícil conseguir cosas como alimentos y suministros absolutamente necesarios para ayudar a enfrentar esta epidemia”, destacó.
Economías en deterioro
Las restricciones de viaje de Estados Unidos también causarían perjuicios económicos a los países damnificados por el ébola y a África en su conjunto.
“Entre África y Estados Unidos hay mucho tráfico aéreo que es muy importante para el comercio y la inversión, la industria del turismo, para la diáspora”, explicó Morrison. “Todo eso depende de las conexiones aéreas. Entonces, ¿cómo te aseguras de que no se desarmarán esos procesos económicos?”, cuestionó.
El temor por las repercusiones económicas del ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona ya existe.
El lunes 13, la Organización Mundial de la Salud advirtió que el virus amenaza con el “potencial fracaso de los Estados” africanos afectados. La semana anterior, el Banco Mundial calculaba que la epidemia podría costarles a los países de África occidental unos 33.000 millones de dólares de su producto interno bruto.
“Si nos equivocamos y nos escondemos en nuestro rincón, vamos a empeorar este problema tanto en África occidental como en Estados Unidos”, advirtió Charles Kenny, un investigador del Centro para el Desarrollo Mundial, una organización independiente de Washington.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga