Lo peor que le puede pasar a un comunicador es caer en la auto-censura. Es callar para no molestar al que le da beneficios, al que le pone un fajo de billetes en los bolsillos y un ziper en la boca; es callar por miedo.
Por Manuel Hernández Villeta
Hoy toca a las puertas de la comunicación dominicana el exiliado de la verdad, el que por prebendas calla y desinforma. Pocos pueden hoy callar por miedo, nadie amenaza tan fuerte que haga temblar las piernas.
En un pasado ya lejano si se calló por miedo. Muchos temían que una sóla palabra significara la muerte. Lo viví en carne viva, cuando una transmisión desde una unidad móvil, era abrir las puertas a la tumba.
Sin embargo, aún a costa de recibir un par de balazos, la censura por medio de la fuerza se enfrenta. El comunicador saca fuerzas de sus miedos, como pasó en los Doce Años, y dice la verdad. El miedo impulsa a continuar la lucha, los pesos doblan las rodillas.
Hoy hay censura económica. Los que callan por un puñado de monedas, o los que hablan para que les lleguen los pesos. Cualquiera de los dos casos es un mentiz a la plena libertad de prensa.
De todos modos, queda ver si hay libertad de prensa o de empresa. Creo que en los próximos años, ante la ausencia de regímenes opresores, la lucha será para determinar hasta donde se extiende la libertad de prensa, y donde comienza la de empresa.
Cuando el capital es dueño de la verdad, es difícil que esta pueda ser libre y limpia. La verdad nunca es absoluta, conocemos una parte de ella. El factor ideológico es excluyente, inclina el color del cristal hacia un prisma, desconoce a los que estan en el lado inverso.
El capital está hecho para defender al capital. Es una cuestión de clase. La verdad que puede defender la libertad de empresa, es del derecho a la libre implementación del capital. La verdad y la libertad de prensa, se convierten en parte de un negocio que para subsistir, debe ser próspero.-
Se puede dar el equilibrio entre capital y defensa de los derechos de la mayoría. Un medio informativo puede ser plural e independiente, sin importar quienes sean sus propietarios. Hay un axioma de que un patrón no desarrolla medios para que lo asfixien, pero hay sus particularidades.
En el mundo hay muchos ejemplos de medios que tienen una línea independiente, sin importar los intereses que componen su red de ingresos económicos. Otros logran capear lo ideológico, para informar con objetividad.
Puede haber prensa libre, y defensora de los derechos del pueblo, sin importar los intereses particulares de sus dueños.