Integrantes de dicho grupo, fundado en 2010, se reunieron por primera vez en Brasil durante los días 24 y 25 de septiembre, en el marco del 7th International Workshop on Thermodynamics, Disequilibrium and Evolution, en el Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales (CNPEM), con sede en la ciudad paulista de Campinas.
Por Elton Alisson
Agência FAPESP – El pasado 21 de septiembre, la sonda espacial Maven, de la Nasa, la agencia espacial de Estados Unidos, entró en la órbita de Marte para realizar una misión científica específica, que consiste en entender la modificación en la atmósfera y en el clima del planeta rojo en el transcurso del tiempo.
Dos días después, el martes pasado (el 23/09), la agencia espacial de la India (ISRO) anunció a entrada del satélite Mangalyaan también en la órbita de Marte, para intentar medir la presencia de metano en la atmósfera del planeta.
Las mediciones realizadas por ambas sondas, durante un período que se extiende de seis meses a un año, serán aguardadas ansiosamente por un grupo internacional de científicos integrado también por brasileños, dedicado a estudiar el origen y la evolución de la vida en la Tierra y en otros planetas. Se trata del grupo focal sobre termodinámica, desequilibrio y evolución (TDE) del Nasa Astrobiology Institute.
Integrantes de dicho grupo, fundado en 2010, se reunieron por primera vez en Brasil durante los días 24 y 25 de septiembre, en el marco del 7th International Workshop on Thermodynamics, Disequilibrium and Evolution, en el Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales (CNPEM), con sede en la ciudad paulista de Campinas.
“El objetivo del nuestro grupo consiste en intentar llenar la laguna existente entre investigadores que trabajan con aspectos teóricos experimentales, relacionados con el origen de la vida, y astrónomos del área de monitoreo remoto, que planifican misiones espaciales con el fin de definir los blancos en la búsqueda de vida extraterrestre”, dijo Eugenio Simoncini, posdoctorando en el Observatorio Astrofísico di Arcetri, del Istituto Nazionale di Astrofisica (Inaf) de Italia, y vicepresidente del TDE, durante la apertura del evento.
De acuerdo con Simoncini, la búsqueda de planetas con condiciones de albergar vida estará pautada por la búsqueda de aquéllos que presentan un alto desequilibrio químico atmosférico, tal como es el caso de Marte.
El desequilibrio químico atmosférico, una de las condiciones para la existencia de vida en un planeta, se caracteriza por la presencia simultánea y en cantidades diferentes de gases reactivos –tales como oxígeno, hidrógeno y metano– en la atmósfera planetaria, explicó Simoncini.
“Estudiar ese estado de desequilibrio químico atmosférico resulta importante, en razón del potencial papel que puede desempeñar en la detección de vida en otros planetas”, sostuvo.
Ya se han descubierto más de mil planetas extrasolares. “Es necesario ceñir la selección de planetas [posiblemente] habitables a aquéllos que presentan un alto desequilibrio químico no relacionado con algún otro proceso, como la fotosíntesis, sino con la vida”, dijo Simoncini, durante conferencia dictada en el evento.
Evidencias químicas
El miércoles 24 de septiembre, un grupo internacional de astrónomos anunció en un artículo publicado en la revista Nature que había detectado por primera vez vapor de agua en la atmósfera de un planeta extrasolar: el HAT-P-11b, que tiene un tamaño similar al de Neptuno.
No fue la primera vez que se encuentran evidencias químicas relacionadas con la vida. En 2005, la sonda Mars Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA), detectó la presencia de metano en la superficie marciana. Este descubrimiento causó gran entusiasmo en la comunidad astronómica, toda vez que en la Tierra, ese gas se produce predominantemente a través de procesos biológicos tales como la descomposición de materia orgánica. La presencia de metano en Marte podría constituir una evidencia de vida en el planeta de organismos productores del gas.
Sin embargo, esa expectativa experimentó un revés luego de los descubrimientos del robot Curiosity, de la Nasa, anunciados en septiembre de 2013, que apuntaron que la cantidad de gas metano en la atmósfera de Marte es mucho menor que la imaginada.
Ahora, con la entrada de las sondas Maven y Mangalyaan en la órbita de Marte, se esperan datos complementarios sobre la composición y la historia de la atmósfera del planeta, y sobre cómo eso influyó sobre las condiciones de existencia de vida.
“La existencia de metano en Marte puede indicar la presencia de vida o de un proceso geológico activo”, dijo Douglas Galante, investigador del Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS) del CNPEM e integrante del TDE.
“De alguna manera, ese desequilibrio químico en Marte que estudiamos en el TDE muestra que, pese a parecer seco, el planeta está vivo de alguna manera, quizá no con vida tal como la conocemos, pero sí con procesos geológicos activos”, sostuvo.
Los investigadores del TDE desarrollan hace años una metodología destinada a calcular y comparar el desequilibrio químico de los planetas, con el fin de detectar evidencias de vida en el Universo.
Con base en un sistema de modelado computacional para simulaciones astrofísicas creado por astrónomos italianos, el grupo de científicos efectúa análisis termodinámicos (de causas y efectos de cambios de temperatura y presión y del volumen en un sistema) concernientes a cómo afecta la vida a los procesos geoquímicos en la Tierra, y verifican si otras atmósferas planetarias son habitables o presentan desequilibrios químicos similares.
“Todo el conocimiento –basado en datos experimentales y observacionales– acerca de cómo surgió la vida en la Tierra y cómo evolucionó, puede adaptarse a la búsqueda de vida en otros planetas como Marte”, dijo Galante. “De nada sirve enviar sondas espaciales a un planeta si no sabemos qué indicios, qué moléculas y qué desequilibrios químicos deben buscar.”
Astrobiología brasileña
El encuentro de Campinas fue el séptimo que realizó el grupo de investigación en astrobiología en el mundo. Los anteriores se concretaron en Europa y en Estados Unidos, y el próximo será en Tokio, en Japón.
La idea de concretarlo en Brasil tuvo como objetivo integrar a los científicos del área en el país con el grupo TDE y fortalecer la interacción con la Nasa Astrobiology Institute, que tuvo inicio en diciembre de 2011, en el marco de la São Paulo Advanced School of Astrobiology – Making Connections Spasa2011.
El evento, organizado durante la realización de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada (ESPCA) –una modalidad de apoyo de la FAPESP–, reunió a 160 investigadores, docentes y estudiantes de Brasil y del exterior.
“Mediante este evento realizado ahora, procuramos rescatar y fortalecer la interacción que empezó con el Instituto de Astrobiología de la Nasa a través de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en Astrobiología, concretada hace tres años con el apoyo de la FAPESP”, afirmó Galante.
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