SANTIAGO.- Los cadáveres del pelotero de Grandes Ligas y las Águilas Cibaeñas, Oscar Taveras y su novia Jamaly Arvelo, quienes fallecieron anoche en un accidente automovilístico, fueron examinados esta mañana en las instalaciones del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), de esta ciudad, a los fines de certificar oficialmente sus fallecimientos.
Originalmente los cuerpos fueron llevados al Centro Médico Bournigal, de Puerto Plata, tras ser auxiliados por personas que al momento de la tragedia transitaban por la carretera que comunica a Cabarete con Sosúa, pero de esa clínica fueron traídos aquí horas después.
Taveras, de 22 años y considerado uno de los principales prospectos de los Cardenales de San Luís y el conjunto cibaeño y su prometida Jamaly, de 18 años, sufrieron los golpes mortales al deslizarse el carro Chevrolet Camaro color rojo, placa BDA 3126, del Estado de La Florida, que el pelotero trajo al país hace dos semanas y que conducía, estrellándose con un árbol cerca del hotel Coconut Palm.
Se presume que varios factores influyeron para que se produjera la tragedia, entre ellos la considerable velocidad en que Taveras conducía el auto, la oscuridad reinante en el lugar, las lluvias que se registraban en la zona y que no llevaban puestos los cinturones de seguridad. Un vídeo que circula en las redes sociales, tomado por la joven cuando ambos se dirigían a un lugar de esparcimiento, muestra que no se lo colocaron.
Los jóvenes regresaban a Sosúa tras pasar varias horas con un grupo de amigos en un balneario del río Jamao, de Moca, de cuyo municipio Jamaly era nativa y donde será sepultada en las próximas horas.
Loren Mencía, prima de Jamaly, informó la mañana de este lunes los dos jóvenes formaban parte de un grupo de personas residentes en Sosúa y Cabarete, quienes habían acordado pasar parte del día de ayer en dicho balneario, donde llegaron en diferentes vehículos.
Aseguró que Taveras y Arvelo fueron de los primeros en abandonar el área de esparcimiento y que algunos de los que se quedaron aconsejaron al pelotero manejar con cuidado, fundamentalmente porque todavía no estaba familiarizado con la conducción de ese vehículo.