Por Luis Eduardo Díaz Franjul.
La reelección presidencial es un fenómeno electoral existente en algunos países. Implica que un ciudadano que ha sido presidente pueda volver a serlo de forma consecutiva o por período interpuesto. La primera reforma constitucional dominicana que prohibió la reelección presidencial consecutiva surgió a finales del siglo XX producto del tranque electoral entre el PRSC y PRD en 1994.
El siglo XXI que apenas comienza se estrena con dos reformas constitucionales de carácter electoral: la del 2002 (PRD) que dio luz verde a la reelección presidencial consecutiva, y la del 2010 (PLD) que de nuevo la prohíbe pero le abre paso al período interpuesto.
Al parecer no hay diferencia alguna en dictadura y democracia en cuanto a la reelección presidencial consecutiva o por período interpuesto pues la dictadura y democracia tienen su traje hecho en cada ocasión. El mismo traje que usó la corrupción en la Era de Trujillo se usa en el Estado Político y/o Supra Estado Colonial que tenemos después de la muerte del Perínclito de San Cristóbal en 1961. La diferencia es que los trajes de hoy son más caros y prolíferos.
La reelección presidencial consecutiva o por período interpuesto se legaliza con la alteración, modificación o violación del factor determinante o pragmático, es decir, la Constitución de la República. Cosa más grande la vida, Chico!, como diría el genial Tres Patines. Ese “procedimiento institucional¨ no es otra cosa que la llave de paso al continuismo y/o dictadura, con o sin respaldo popular, en complicidad con la histórica falta de transparencia electoral que caracteriza la JCE. Y es que si el Diablo no puede vivir en el Paraíso mucho menos en el Cielo.
El periódico Diario Libre de fecha 26/10/2014 revela que la firma encuestadora Greenberg Quintar Rosner Research fue quien condujo y analizó una encuesta para el periódico en la cual se entrevistaron 846 dominicanos adultos, entre el 12 y 16 de octubre de 2014. Diario Libre publica dicha encuesta con el siguiente título "A dos años de 2016 una gran mayoría apoya la reelección de Medina". O sea que 846 personas son consideradas "una gran mayoría" dentro del total de la población adulta dominicana, lo que crea confusión en el idioma de Cervantes al combinar los resultados de la encuesta con el título de la publicación, como queriendo dar un hecho por cierto.
Se trata de una encuesta de carácter político con énfasis en la reelección presidencial consecutiva, algo que prohíbe la Constitución de 2010. Luego vendrán otras encuestas, nacionales o extranjeras, con la finalidad de pronosticar el probable ganador de las elecciones de ese año, sea aplicando los parámetros convencionales que caracterizan ese tipo de encuestas, o influenciadas por el fantasma de la reelección presidencial consecutiva o por período interpuesto, como es el caso de Greenberg Quintar Rosner Research. Por qué no se utilizó una de las principales 50 firmas encuestadoras que existen a nivel mundial?
La prensa escrita, hoy día Diario Libre, mañana no se sabe cuál o quien, atenta contra los asuntos internos de la República Dominicana valiéndose de firmas encuestadoras, contrario al nacionalismo y patriotismo que siempre nos ha caracterizado en protesta contra cualquier tipo la injerencia extranjera, llámese invasión/ocupación militar, inmigración ilegal masiva, CIDH, etc. Pero como he dicho en otras ocasiones a veces nosotros mismos atentamos contra nuestra propia identidad, soberanía y nacionalismo, colocando en terreno movedizo los mejores intereses de la Patria.
La Presidencia de la República no es cuestión de popularidad. A los presidentes se les elige para que hagan su trabajo mientras gobiernan, no para regalarles caramelos si se portan bien. Por eso no se justifica que una firma encuestadora extranjera ponga en juego el factor determinante o pragmático, es decir, la Constitución de la República, para promover la reelección presidencial consecutiva a sabiendas de que la Constitución de 2010 la prohíbe, al menos que sea un instrumento del Estado Político y/o Supra Estado Colonial, cosa que ya no sorprende ni dentro ni fuera del país.
Este tipo de complicidad hace menos obvia o menos traumática la alteración, modificación o violación del factor determinante o pragmático (la Constitución), sea de parte del PRD o PLD, ya que parece que el PRSC no tiene vela en ese entierro, al menos que demuestre lo contrario. Esto lo decimos porque la Constitución dominicana siempre permitió la reelección presidencial en el siglo XX que incluye los períodos de gobiernos del PRSC (1966-1978 / 1986-1996), pues no fue sino hasta 1994 cuando se prohibió la reelección presidencial consecutiva. Desde entonces el PRSC jamás ha sido gobierno aunque hoy intenta de nuevo recuperar el tiempo perdido que lo haga digno contendor en las elecciones del 2016.
Lo ideal sería que de una vez por todas se reforme la Carta Magna prohibiendo la reelección presidencial consecutiva o por período interpuesto para limitar el período de gobierno a seis años y así desterrar el ente hegemónico o mesiánico que caracteriza el Estado Político y/o Supra Estado Colonial que tenemos desde la muerte del hegemónico y mesiánico Perínclito de San Cristóbal. La diferencia estriba en que hoy día no hay nadie quien lo sustituya en esas categorías, pero de que los hay los hay respaldados por el tradicional culto a la imagen o personalidad que se confunde con el ejercicio del poder.
Cualquier presidente, de acuerdo con su labor, puede ser reconocido de miles maneras tan pronto termina su mandato, no necesariamente antes para que sea premiado con una reforma constitucional que le permita reelegirse de manera consecutiva o por período interpuesto. En ese caso no se trata de un reconocimiento sino del mantenimiento del status quo del Estado Político y/o Supra Estado Colonial que desde el punto de vista electoral mantiene encadenado al pueblo dominicano en complicidad con la JCE, lo que obstaculiza nuevos cambios que pongan en práctica el verdadero sistema democrático o Estado Nación para que el Estado funcione como entidad.
En su discurrir, Diario Libre confunde los 846 encuestados considerándolos como “votantes” que apoyan cambiar la Constitución para permitir la reelección de Medina, vislumbrándolo en los pronósticos electorales junto con probables candidatos que participarían en las elecciones de 2016. Según Diaro Libre “la encuesta muestra claramente que si las elecciones fueran hoy, y si Medina estuviese en la boleta, resultaría reelegido¨.
Pero donde no se equivoca la encuesta es en lo que concierne a la corrupción, desempleo y alto costo de la vida. Ahí dio en el clavo. De cualquier modo, parece que estamos viviendo los tiempos del Imperio Romano (A.C.), donde en un tiempo todo era pan y circo, solo que hoy día se conjugan los niveles de popularidad, simpatía, gasto público, Tarjeta Solidaridad, fondos electorales, subsidios, endeudamiento, corrupción, clientelismo y populismo del Estado Político y/o Supra Estado Colonial, que junto con su poderosa arma, el Presupuesto General del Estado, se convierte en un gran imperio dentro de una islita.
La encuesta Greenberg Quintar Rosner Research mete de lleno en pelea a Danilo Medina. Al respecto Diario Libre comenta: “De todos los líderes nacionales, el 57% señala a Medina como capaz de mejorar la economía (sobre el 10% que señala a Mejía y el 9% a Fernández), y el otro 56% afirma que Medina puede crear más empleo y el 58% que combatirá mejor el crimen. Pero todos estos números son tibios, comparados con los porcentajes que lo reeligirían (65%), los que le dan un rating favorable (67%), y los que aprueban el trabajo que está haciendo como presidente”.
Con este tipo de encuesta Horacio Vásquez hubiese sido reelecto en 1930 y hubiera ganado de calle pues la reelección presidencial consecutiva estaba permitida. De haber sido así a lo mejor Trujillo lo hubiera pensados dos veces antes de derrocar a Vásquez el 23 de febrero de 1930, ya que “cuando comenzó a pensarlo” no existía nada que le impidiera candidato a la presidencia tan pronto derrocó a Vásquez. Quién sabe si gracias a una encuesta nos hubiéramos ahorrado los 31 años de la Era de Trujillo.
Vistas estas apreciaciones considero que las firmas encuestadoras nacionales y extranjera abonan el terreno a la histórica falta de transparencia electoral que caracteriza la JCE como instrumento del Estado Político y/o Supra Estado Colonial para prolongar su permanencia. En definitiva las encuestas nada aportan al fortalecimiento del sistema democrático sino al continuismo y/o dictadura con o sin respaldo popular, donde tanto el continuismo como la dictadura férrea o sofisticada usan trajes diferentes, aunque hechos a la medida para cada ocasión.
Luis Eduardo Díaz Franjul
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