Perciben incremento de plagas y enfermedades en la producción de rubros principales en la región sur del país
El Estado y los agricultores dominicanos enfrentan un gran número de desafíos y oportunidades para mantener una actividad agropecuaria competitiva, diversificada y sustentable, como consecuencia de los efectos de cambio climático y la situación de vulnerabilidad que arrastra consigo este fenónemo.
Con el objetivo de trabajar en el proceso de adaptación y prever el impacto del cambio climático, la República Dominicana firma un memorando de entendimiento entre el Centro de Cambio Climático de la Comunidad del Caribe (CCCCC) y el Gobierno Dominicano en el 2012 y en este año 2014 se embarca en el diseño de una Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático en el sector Agropecuario, iniciativa liderada por el CCCCC, el Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), el Ministerio de Agricultura y la Fundación Plenitud.
Omar Ramírez Tejada, vicepresidente ejecutivo del CNCCMDL, expresó que este proyecto se enmarca en otro regional titulado “Alianza global contra el cambio climático para los países caribeños”, que se implementa en otros 15 países de la región bajo la coordinación del Centro de la Comunidad Caribeña para el Cambio Climático (CCCCC), con financiamiento de la Unión Europea.
La meta de la Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático (NASAP) en el Sector Agropecuario es reducir los riesgos planteados por este fenonemo ambiental y poner al sector agropecuario en condiciones para adaptarse a través de la innovación técnica y diversificación, aumentar su competitividad y sostenibilidad hacia el 2020.
La generalidad de las medidas propuestas en el documento presuponen que el clima de la República Dominicana será cada vez más calido y más seco con mayor frecuencia de sequías moderadas y severas así como la disminución de las precipitaciones será notable durante la estación lluviosa de mayo a noviembre. Se incrementarán los eventos hidroclimatológicos extremos tales como tormentas, inundaciones y sequías, tal como lo indican los escenarios climáticos realizados en las Comunicaciones Nacionales a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Como parte de este proyecto se desarrolló un primer levantamieno, la “Evaluación de la Vulnerabilidad y la capacidad frente al cambio climático en la provincia de San Juan y subzona Hondo Valle”, estudio que arrojó que los técnicos y los productores de la zona se sienten vulnerables ante los efectos del cambio climático y su variabilidad.
Este estudio, realizado por el equipo de consultores y especialistas de la Fundación Plenitud, también puso en evidencia que el incremento de plagas y enfermedades es parte de los impactos negativos en la producción de los rubros principales de esta zona del país. Tanto en San Juan como en Hondo Valle consideran que el uso agrícola del suelo se ha expandido, se ha incrementado la deforestación, quema y pérdida de suelo.
“Tanto los productores como los técnicos agrícolas coinciden en que para disminuir la vulnerabilidad ante el cambio climático se deben concentrar en mejoras de créditos y seguros agrícolas, capacitación y asistencia técnica a los productores, así como en el fortalecimiento de las instituciones locales y regionales”, manifestó Laura Rathe, técnica de Plenitud que tuvo a cargo la presentación del informe.
Hacia donde debemos avanzar
El informe presentado por Plenitud define una serie de habilidades claves dentro de la estrategia con el objetivo de apoyar la efectiva formulación e implementación de medidas de adaptación para lo que se requieren de habilitadores claves en la gestión de cambio climatico.
La incorporación de la adaptación al cambio climático como un tema transversal que incida en construir alianzas, complementar programas existentes y armonizar la ayuda en el desarrollo para el sector agropecuario.
La necesidad de disponer de evaluaciones técnicas y analíticas sólidamentes desarrolladas que faciliten el proceso de toma de decisiones para las políticas al Estado y otros actores que inciden en el tema.
Los grupos que podrían verse afectados más severamente por el cambio climático son los más pobres y vulnerables en las zonas rurales de altos riesgos, por lo tanto es esencial que no solo se identifiquen las amenazas y se den a conocer ampliamente, sino también detectar las oportunidades y técnicas de adaptación.
Otro elemento importante destacado en el informe es la necesidad de asegurar la continuidad política del dearrollo agropecuario sustentable y su implementación, para lo que se requiere liderazgo político para monitorear y coordinar el desarrollo de una política de adaptación y que se pueda cumplir con la meta de la estrategia con una visión de agricultura climáticamente inteligente.
La colaboración estratégica entre el gobierno y el sector privado es crucial para descubrir donde están los obstáculos más significativos para alcanzar altos estándares de competitividad, fortaleciendo con ello las economías locales, regionales y nacional.