A igual que las demás instituciones del país, para el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), resulta muy preocupante los altos niveles de corrupción y la acelerada manifestación de violencia y delincuencial que con una mayor gravedad y consecuencias presenciamos en los tiempos actuales dentro de los estamentos estatales y en toda la sociedad dominicana.
Por Ing. José Adolfo Herrera Acevedo.
Coordinador de Provincias del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, Empresario y Catedrático Universitario.
Conforme al organismo de desarrollo, si bien es cierto que el asalto ocurrido a la cárcel de Najayo con el saldo de varios muertos y el gravísimo atentado a los pasajeros que viajaban en el Metro de Santo Domingo, profundizan el desasosiego en nuestra población, por atentar en contra de la garantía en que debe soportarse la seguridad ciudadana, a fin de evitar la profundización de actos de dichas naturalezas y de otras índoles que se producen día tras día en todo el territorio nacional, debemos cuestionarnos en torno a su real causa y cual ha sido nuestro rol en pro de la sanidad social, además, de ir en procura del establecimiento de un método adecuado para su solución.
A tal respecto, el CRD entiende esta gravísima problemática que hoy en día es generada por una radicalizada crisis de valores, lo cual debe ser tomado como un asunto que a la sociedad le urge encarar para su supervivencia, convirtiéndolo en un tema permanente en todo nuestro entorno social, de tal forma, que sus componentes en sentido general asuman en forma decidida encarar la corrupción en todos los niveles y estratos sociales, el alto consumo de drogas, la violencia extrema, la alarmante delincuencia juvenil y otros perjudiciales males sociales.
Estima que la profundización de los mismos, es la resultante de que los que conformamos el conglomerado social de estos tiempos, tenemos el gravísimo problema de estar acudiendo a un acelerado proceso de desvalorización, consistente en una pérdida sistemática de aquellos valores que en otras épocas dieron gloria y prestigio a nuestras naciones y sociedades, como son: La práctica de la responsabilidad, la honestidad y otros valores que dan sentido a nuestra existencia como seres humanos.
Por ello, el CRD ve que el asunto de los valores en la familia, en la sociedad y en el Estado, más que nunca, debe ser un tema de preocupación fundamental, ya que muchos de los padres han perdido el sentido de orientación para guiar a sus hijos y sus propias relaciones de pareja, además, de que nuestra clase política en una significativa proporción, ha fallado en su sagrada misión de ser parte esencial de la fuerza moral que de soporte al presente y al futuro de nuestra república.
Propone para lograr dichos objetivos, entender que los gobiernos, los partidos y entidades sociales absorbidos por la corrupción, hunden a los pueblos en la injusticia social y producen un pernicioso efecto en cadena que hacen perder la fe y la esperanza, lo que nos obliga a todos sin excepción, unirnos al movimiento mundial surgido en nuestros tiempos, que aboga porque impere la ética en las instituciones y en las familias, además, la vocación de bien y la equidad social para la conquista del real desarrollo y la paz que requerimos.
El Consejo Regional de de Desarrollo, Inc. (CRD) visualiza que dichas metas son factibles de ser alcanzadas, asumiendo la implementación de las estrategias que ha formulado para la sanidad moral y económica del país, debiendo al efecto, examinar nuestros roles sociales frente a las violaciones de las éticas y las conductas correctas, entendiendo que aún estamos a tiempo de rescatar a nuestras familias, la sociedad y al Estado, si actuamos en el sentido correcto, incorporando valores en las familias, en nuestros gobiernos, en los partidos y todas nuestras instituciones.