El proceso de paz que vive Colombia entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) estaría en peligro luego del secuestro de un general, acción que es atribuida al grupo guerrillero.
La acción resultado de una acción temeraria del oficial Rubén Darío Alzate que penetró a la zona sin observar los protocolos de seguridad que su rango demandaba, es vista como una acción propia de grupos de dentro de las FARC se oponen a las negociaciones de paz.
De paso, el secuestro refuerza la posición de sectores colombianos que han criticado las negociaciones, en el entendido de que las FARC representa un grupo que debe ser vencido militarmente.
Las presiones, tras el secuestro, hizo que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, suspendiera las conversaciones de paz que se llevan a cabo en Cuba con el grupo rebelde.
Las versiones indican que el general Alzate y otras dos personas fueron interceptados por hombres armados el domingo por la tarde cuando viajaban en una embarcación de alta velocidad por un remoto río en el occidente de Colombia para visitar un proyecto de energía cercano.
Se reportó que un soldado logró escapar e informó que los responsables del secuestro son integrantes del 34to frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Es la primera ocasión durante el conflicto armado que tiene medio siglo de duración que los rebeldes retienen en cautiverio a un general del ejército, informaron medios colombianos.
Santos describió la desaparición como "totalmente inaceptable". Ordenó a los negociadores de paz del gobierno, que tenían previsto viajar este lunes a Cuba para la siguiente ronda de conversaciones, que se quedaran hasta que Alzate y las otras personas —un capitán del ejército y un abogado del gobierno— fueran liberados.
"Responsabilizamos a las FARC de la vida y la seguridad de estas tres personas y les exigimos que liberen a estar tres personas cuanto antes", afirmó el presidente a la prensa después de la medianoche, tras una reunión con los máximos oficiales del ejército, que se desplazarán a la capital occidental de Quibdó para supervisar la operación.
El inesperado suceso se produjo en medio de una frustración creciente ante la aparente negativa de la guerrilla para reducir sus ataques en las áreas que están bajo su dominio.
En los últimos días, las FARC capturaron a dos soldados tras intensos combates en el nordeste del país, y se las acusa de matar a dos miembros de una tribu indígena que se enfrentaron a rebeldes que colgaban carteles a favor de las FARC.
Las FARC consideran al personal militar capturado como prisioneros de guerra, pero estas explicaciones no convencen a la inmensa mayoría de los colombianos, cansados de la violencia política. Aunque Santos culpó a las FARC de la desaparición del general, también pidió que se informe por qué Alzate, uno de los soldados más importantes de Colombia, supuestamente infringió las normas castrenses y viajó a la peligrosa zona vestido de civil sin guardaespaldas.
"Que quede claro para todo el país. Cuando ocurre un secuestro los únicos responsables son los secuestradores, en este caso los terroristas de las FARC", dijo el domingo por la noche el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. Agregó que entró en contacto con la Cruz Roja Internacional para que participe en la eventual liberación de los rehenes.
Alzate estudió en Estados Unidos y este año tomó el mando de la recién creada Fuerza de tarea Titán, un grupo formado por 2.500 elementos del ejército y la marina cuya misión es combatir a los rebeldes y narcotraficantes en las zonas selváticas y remotas que rodean a Quibdó.