Una experta en calidad advirtió este miércoles en un taller en el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) que el sistema de medidas es la primera condición para comprobar la calidad de un bien o servicio, y que el país no cuenta con este sistema.
El “Taller para la política nacional de calidad” lo abrió el viceministro de Planificación, Juan Tomás Monegro, y lo introdujo la viceministra de Comercio, Anina del Castillo, quien dio paso a la consultora Gisela Delgado, que expuso los ejes estratégicos para este tipo de política.
Monegro recordó que los países que hoy son desarrollados alcanzaron ese estadio al planear una política de calidad que se tornó en cultura, por lo que desde entonces sus consumidores exigen y logran bienes y servicios de calidad provistos por sus productores.
Por eso dijo que la Estrategia Nacional de Desarrollo no incluyó entre sus ejes sólo la calidad sobre el desarrollo productivo sino también lo institucional, por la necesidad de que el país cuente con organismos orientados a la calidad y a desarrollar la competitividad.
“Como Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, manifiesto satisfacción por la realización de este taller, por los resultados esperados, contar con un país planificado en los diferentes temas que conducen al desarrollo”, dijo.
Mientras que, la viceministra del Castillo, secretaria general del Consejo Dominicano para la Calidad, dijo que el tema es prioridad en las metas del presidente Danilo Medina pero que espera que se asignen recursos presupuestarios al Consejo, informó la Unidad de Comunicaciones del Ministerio.
Advirtió que hace 19 años que en el país las empresas certificadas eran menos de cien y actualmente más de cinco mil, mientras que las normas de calidad, que no llegaban a la mitad una década atrás, hoy ascienden a 995 al año pasado.
A propósito del pacto eléctrico en discusión ahora, comentó que para los consumidores confiar en las facturas es necesario que las mediciones de las distribuidoras sean sobre parámetros preestablecidos en los medidores y que el ente regulador tenga la capacidad de evaluar si ese medidor está calibrado.
En cambio, citó como ejemplo de confianza, las transacciones bancarias por celulares, que son posibles porque el fabricante garantizó en los mismos los elementos de calidad que permiten asegurar esa comunicación, que es distinto a cuando se hacen diagnósticos médicos con sistemas de medición no calibrados.
De su parte, la consultora Delgado explicó que nadie puede asegurar ni gestionar la calidad sin los servicios metrológicos que lo hacen posible, además de las normas y los reglamentos técnicos adecuados.
Recordó que la ley del Instituto Dominicano de Calidad (Indocal) obliga a esta institución a revisar cuanto equipo de medición que vaya a ser utilizado en el país y dar su visto bueno, siempre y cuando el equipo tenga los rangos esperados, los requisitos y que sea reconocido.
“Cuando hablo de esto pienso si los equipos que usan los laboratorios clínicos en los hospitales son consignados por los proveedores a condición de que les compren los reactivos, cómo evaluar que esos proveedores cumplen con los requisitos para que esas mediciones sean correctas, en un país donde no se hacen pruebas entre laboratorios para verificar la corrección de diagnósticos; es una utopía”, comentó la consultora.
Explicó que la metrología es una actividad eminentemente científica en la que se desarrollan los patrones que sirven para calibrar los equipos y citó el kilogramo original que está en París, del que se hacen los patrones secundarios y de éstos los terciarios hasta integrar la denominada cadena de trazabilidad.
Indicó que si en el país se quiere hacer metrología científica hay que establecer en Indocal esa cadena de trazabilidad en masa en este caso y la infraestructura que conlleva calibrar las masas a todas las empresas que se dedican a calibrar balanzas.