Por: Ing. José Adolfo Herrera Acevedo, Coordinador de Provincias del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, Empresario y Catedrático Universitario.
A Principios del Siglo XX, se compuso un tema muy popular “Llena el morrito”, el cual entre otras cosas, decía así:
“La política se ha puesto que es una calamidad; el que quiere un empleíto se tiene que arrodillar. La vergüenza se ha perdido, nadie quiere trabajar, sino vivir de la teta de la vaca nacional. Unos quieren a fulano, otros quieren al Doctor, unos son independientes, otros de la oposición.”.
“ Todos por el bien supremo se quieren sacrificar pero la sacrificada es la vaca nacional,¨
Esta realidad que no es solamente nuestra, sino de la gran mayoría de los países en vías de desarrollo, especialmente los de América Latina, sigue pasmosamente un siglo después en nuestra nación con mayor intensidad, siendo parte de nuevo diario vivir, con procesos penales abiertos y otros por abrirse, convirtiéndose en un cadena interminable, que ha hecho nacer la percepción errónea de que la corrupción en la República Dominicana es endémica y sin alternativa de solución.
Pese lo anteriormente señalado, el Consejo Regional Desarrollo, Inc. (CRD) en sus estrategias, plantea que nuestra población se está empoderando para lograr la erradicación de este mal, visualizándose la solidificación de reales controles sociales al mismo, producto del aumento de los niveles educativos que se están produciendo en todos los estratos sociales de nuestra sociedad, lo cual día tras día produce en los mismos un mayor grado de conciencia y poder social.
Conforme al organismo de desarrollo, de cara a nuestro presente y futuro se está imponiendo el referido rumbo, por haberse constituido la corrupción gubernamental junto con las políticas neoliberales en unas de las principales barreras que han estancado nuestro desarrollo, y la solidificación que requieren a dichos propósitos los diferentes estamentos del Estado.
Al respecto, ve que la coyuntura social que vivimos, va ir imponiendo que nuestros partidos se conduzcan hacia la renovación y transformación que urgen y ameritan, para lograr dentro de ellos que lo institucional y los intereses de colectividad primen sobre las decisiones e intereses personales y de grupos.
Asimismo, entiende en las tareas a seguir y que impone nuestra sociedad a las entidades políticas, las conduce a dejar de ser grandes núcleos de frustraciones y de limitado crecimiento humano, además, de ser vías para arrojar hacia la corrupción a sus dirigentes y vinculados que en principio ingresan a ellos con sueños por una patria mejor, pero por falta de soporte moral y de capacidad gerencial, son sumergidos en la corrupción, teniendo por graves resultados su aniquilamiento social y la vergüenza de que por vida involucran inmerecidamente a sus familias.
Además de los referidos malos frutos, resalta que tan gravísimos problemas engendran consecuencias mortales, al afectar sensiblemente la seguridad jurídica y la competitividad justa, además, por causar el Estado la pérdida de una gran cantidad de recursos que deben ser utilizados en obras y políticas de desarrollo, al parar los mismos en los patrimonios de los corrompidos y corruptores, los cuales al final de la jornada, se convierten en parte en perdedores y frustrados sociales, al perjudicar con sus comportamientos la construcción de un entorno social que garantice la paz, la justicia social y el desarrollo permanente e integral.
El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), nos llama aunar voluntades y seguir empoderándonos de la corrupción, sus consecuencias y sus soluciones, asumiendo sus estrategias y siguiendo el ejemplo de las naciones en vía de real de desarrollo de América Latina, los cuales con el establecimiento de gobiernos y entidades políticas que con firmeza ha decidido erradicar la corrupción gubernamental, han logrado la sanidad estatal que les han permitido la consolidación de estructuras y fuerzas productivas que compiten de igual a igual con los países más avanzados del mundo.
Para todos los dominicanos y las dominicanas sin excepción alguna, el mejor testimonio de la ruta que propone el CRD, la encontramos actualmente en Bolivia, nación la cual que hasta hace apenas diez años tenía junto a Haití los niveles de pobreza mucho más acentuados que República Dominicana, el segundo más pobre de América, hoy tiene hasta satélite propio, sus reservas en divisas han sido elevadas más de 25 veces y una tasa de alfabetismo total, sin endeudarse, como resultado de un gobierno que decidió romper con la corrupción y las prácticas neoliberales. Pura y simplemente: Comenzó a gobernar para su país y su gente en favor de los intereses de la colectividad y un real desarrollo.