Director de Asuntos Científicos y Médicos del Área de Vacunas para América Latina de Pfizer Inc.
Por Dr. Alejandro Cané
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Neumonía, podemos decir con certeza que América Latina ha avanzado significativamente en su lucha contra la neumonía desde que las vacunas para prevenir dicha enfermedad infecciosa se introdujeron por primera vez en la región en el 2003. Una década más tarde, la tasa de mortalidad infantil entre los niños vacunados ha disminuido drásticamente de unas 37 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en el 2003, a 17 muertes por cada 1.000 nacidos vivos hoy en día. Esto es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, a pesar de las buenas noticias, es un hecho que la neumonía sigue siendo la causa principal de muerte en los niños de todo el mundo.
Se estima que 1,1 millones de niños menores de cinco años mueren cada año por neumonía en el mundo. Mueren más personas por neumonía que por cualquier otra enfermedad infecciosa, incluyendo las causadas por el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntas. En América Latina, cinco niños mueren de neumonía y otras 25 personas son hospitalizadas cada hora. El dato es preocupante; más aún si tomamos en consideración que la neumonía es una enfermedad prevenible.
Una buena higiene, una dieta saludable, y una exposición limitada a la contaminación del aire y el humo ayudan a la prevención de la neumonía, pero no son suficientes. Anualmente, las vacunas previenen la muerte de entre dos y tres millones de personas de todas las edades alrededor del mundo.
El impacto positivo de la vacunación no se puede negar. Con la excepción del agua potable, no existe otra modalidad, ni siquiera los antibióticos, que hayan tenido un efecto tan significativo en la reducción de la mortalidad y el crecimiento de la población.
Mientras que la neumonía puede ser causada por virus u hongos, los casos graves son atribuidos principalmente a las bacterias. Los antibióticos son el tratamiento de primera línea para los más de 90 tipos de bacterias neumocócicas que existen. Sin embargo, la creciente resistencia a éstos resalta aún más la importancia de la vacunación como medida preventiva. La vacuna antineumocócica conjugada (PCV13) ofrece protección contra los 13 tipos de bacterias que son responsables por las infecciones neumocócicas graves más comunes entre niños y adultos.
A pesar de que los niños son más susceptibles a la neumonía, dicha enfermedad afecta a personas de todas las edades. Conforme las personas envejecen, sus sistemas inmunes son menos eficaces en la protección de enfermedades. Los adultos, especialmente las personas mayores de 50 años de edad, que viven con enfermedades crónicas como la diabetes, el asma y la EPOC se encuentran entre el grupo más vulnerable.
Según un estudio realizado por el Instituto de Vacunas Sabin en el 2013, el blanco de la neumonía en América Latina puede estar cambiando de los niños a los adultos y ancianos que no están siendo vacunados contra la enfermedad. Este es un problema de salud pública apremiante para la región. Se estima que para el año 2040, más de un tercio de la población de América Latina tendrá más de 50 años de edad.
La neumonía también se ha convertido en una carga financiera devastadora para los gobiernos de todo el mundo, especialmente en los mercados en desarrollo. El estudio Sabin mostró un costo estimado de hasta US $ 4.490 por caso de neumonía invasiva en personas de edad en cinco países – Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay.
La prevención y el control de la neumonía requieren que los gobiernos latinoamericanos tengan un mayor enfoque en el seguimiento y la vigilancia, en la sensibilización de la opinión pública a través de la educación y en dedicar más recursos a la detección y tratamiento de la neumonía. Para continuar protegiendo a los niños y adultos por igual, los países deben apoyar la innovación y contar con programas nacionales de inmunización y políticas de vacunación.
En el 2010, Pfizer comenzó a suministrar su vacuna neumocócica a los países más pobres del mundo a través de una asociación con la Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización (GAVI). El pasado mes de mayo, Pfizer logró un hito cuando distribuyó 100 millones de dosis. Y no hemos terminado. Nuestro compromiso con GAVI es haber aplicado un máximo de 740 millones de dosis en 73 países para el 2025.
La meta de la Organización Mundial de la Salud es reducir la tasa de mortalidad por neumonía en niños menores de cinco años a menos de 3 por cada 1.000 nacidos vivos para el 2025. Eso requiere el liderazgo de los gobiernos y las entidades privadas y una mayor colaboración entre todos los sectores de la salud de la comunidad internacional. Todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra la neumonía.