¿Tú ves? Así debería ser siempre: escuchar a la gente más allá de los muros palaciegos; comprender los sentimientos de las mayorías. Y esto lleva a lo otro: pensar que toda decisión debe responder al bien común; asumir que en toda decisión deben ganar los más y perder los menos; tener presente que toda decisión trascendente busca el mejor de los futuros. Lo demás cae por su propio peso: actuar con firmeza y claridad; no aceptar chantajes de nadie, por poderoso que sea, lo cual será siempre relativo ante el poder del Estado. (Así, con tu brillante decisión de estadista respeto a lo del aborto, te distingues del resto).