WASHINGTON, 2 de diciembre de 2014 – A medida que el planeta sigue calentándose, olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos nunca vistos, o por lo menos no vistos en centenares de años, se convertirán en una “nueva normalidad climática”, creando un mundo con mayores riesgos e inestabilidad.
Las consecuencias para el desarrollo de América Latina y el Caribe serán graves, a medida que disminuyan los rendimientos agrícolas, los recursos hídricos cambien de lugar, aumente el nivel del mar y el sustento de millones de personas se vea amenazado, de acuerdo a un nuevo informe del Grupo Banco Mundial, Bajemos la temperatura III: cómo hacer frente a la nueva realidad climática.
El capítulo dedicado a América Latina y el Caribe del informe mundial fue lanzado hoy en Washington, coincidiendo con la XX Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en Lima, Perú.
El informe regional es un análisis del impacto del calentamiento actual (0,8 °C), y tal vez futuro (entre 2 °C y 4 °C por encima de los niveles preindustriales), sobre la producción agropecuaria, los recursos hídricos, los servicios ecosistémicos y las zonas costeras de toda la región de América Latina y el Caribe. Se basa en un informe mundial del Banco de 2012 que concluyó que el planeta se calentaría en unos cuatro grados centígrados por encima de los niveles preindustriales para finales de este siglo si no actuamos inmediatamente y de forma concertada.
El impacto del cambio climático, tal como las olas de calor extremo, podría a esta altura ser imposible de evitar, dado que el sistema atmosférico de la Tierra inevitablemente se calentará en 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales para mediados de este siglo, según el informe. Más aún, cualquier acción de mitigación que se tome hoy no podrá revertir esta situación.
“El informe confirma lo que los científicos vienen diciendo —las emisiones pasadas nos pusieron en un camino de calentamiento que durará las próximas dos décadas, algo que afectará más que nada a las personas más pobres y vulnerables del mundo”, dijo Jim Yong Kim, Presidente del Grupo del Banco Mundial. “Ya podemos observar temperaturas sin precedentes a un ritmo cada vez más frecuente, un mayor nivel de lluvias en ciertos lugares y regiones propensas a la sequía volviéndose más secas”.
“Estos cambios dificultan la reducción de la pobreza y amenazan el sustento de millones de personas”, dijo Kim. “También tienen consecuencias serias en los presupuestos para el desarrollo y en instituciones como el Grupo Banco Mundial, en donde nuestras inversiones, asistencia y asesoría ahora también tienen que mejorar la capacidad de recuperación y ayudar a las poblaciones afectadas a adaptarse”.
En la región de América Latina y el Caribe, las olas de calor extremo y patrones de lluvia cambiantes tendrán un efecto negativo sobre la productividad agrícola, regímenes hidrológicos y la biodiversidad. En Brasil, y sin adaptación adicional, los rendimientos de los cultivos podrían reducirse hasta en un 70 por ciento para la soja y hasta en un 50 por ciento para el trigo, en caso de un calentamiento de dos grados centígrados para el año 2050.
La acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar, los ciclones tropicales y los cambios de temperatura afectarán las formas de vida costera, el turismo, la salud, la seguridad alimentaria e hídrica, particularmente en el Caribe. El derretimiento de los glaciares supone un peligro para las ciudades andinas. Los efectos económicos, sin hablar del sufrimiento humano, podrían ser agudos. Para el año 2050, y bajo un escenario de cuatro grados centígrados, las inundaciones costeras podrían generarle a la región pérdidas por alrededor de US$22.000 millones, entre daños de infraestructura y tormenta y pérdidas de turismo.
“Este informe deja en claro de una manera rigurosamente científica por qué es tan importante que América Latina y el Caribe haga frente al cambio climático”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, hablando durante el lanzamiento del informe en el Woodrow Wilson Center de Washington. “Nos ayuda a entender los desafíos para la región y su desarrollo. Ser conscientes de estos desafíos es un primer paso necesario para prepararse y llevar a cabo respuestas en forma de políticas que eviten los impactos más severos de un clima cambiante”.
El informe, preparado para el Grupo Banco Mundial por el Instituto Potsdam para la Investigación sobre Impacto Climático y Análisis Climático, revela cómo el aumento de la temperatura mundial amenaza cada vez más la salud y la forma de vida de las poblaciones más vulnerables, magnificando de manera sustancial los problemas que hasta el día de hoy viene enfrentando la región.
Aun con un calentamiento por debajo de los dos grados centígrados, la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe deberán llevar a cabo proyectos significativos de adaptación para alcanzar los objetivos de erradicar la pobreza extrema y fomentar la prosperidad compartida.
“Sin embargo, los gobiernos de la región están a la vanguardia en lo que respecta a invertir en adaptación al cambio climático y también en el establecimiento de políticas para intentar mitigarlo, tal como estimular el uso de energía renovable, que ayuda a reducir las emisiones de carbono y a evitar que el mundo se caliente más allá del límite de dos grados centígrados”, dijo Familiar. “Innovaciones como la agricultura climáticamente inteligente ayudarán a América Latina y el Caribe a gestionar los riesgos climáticos y asegurar la seguridad alimentaria, promoviendo el potencial de la región como ‘granero’ del mundo”.