Madrid (PL).- Con un entusiasmo muchas veces ajeno a personas de su edad, el músico cubano Leo Brouwer celebra el año de su 75 aniversario con nuevas piezas, proyectos y galardones en reconocimiento a su talento y creatividad.
Por Miguel Lozano
De visita en España, con motivo del otorgamiento de los premios Trujamán de la Guitarra 2014 y el Honorífico Llobet, Toda una vida por la guitarra, 2014, Brouwer conversa con Prensa Latina sobre sus obras recientes y planes como el Festival Les Voix Humaines.
A Madrid llegó luego del estreno mundial en Londres de su Sonata Ars Combinatoria No.5 para guitarra, a cargo de Andrey Lebedeb el pasado 5 de diciembre en la St. John´s Smith Square.
En la capital española, el dúo de los hermanos David y Carlos Apellániz estrenó el 11 de diciembre sus Elegías Martianas No. 1 para cello y piano en el programa de conciertos Expoclásica en el Centro Cultural Conde Duque.
Su siguiente estreno absoluto se fijó para el 19 de diciembre, en una jornada convocada también para entregarle el premio Llobet durante un concierto en el cual se oirán por primera vez sus Danzas rituales y festivas para guitarra interpretadas por Alí Jorge Arango en el Liceu de Barcelona.
El músico recibe a Prensa Latina en una mesa atiborrada de papeles pautados: ¿Qué estoy haciendo? Un concierto para bandurria y orquesta para Pedro chamorro, un gran bandurrista y mandolinista y otra serie de las Danzas Rituales y Festivas.
Interrogado sobre sus más recientes obras, precisa que la Quinta Sonata para guitarra fue un encargo de la fundación del guitarrista y laudista inglés Julian Bream a quien define como unos de los grandes músicos del siglo XX.
En su opinión Bream ha sido junto a los españoles Andrés Segovia y Narciso Yepes y el estadounidense John Williams una de las cuatro figuras cumbres del siglo.
Luego, dice, vine a recibir premios y homenajes a España: el Trujamán, que se refiere a la evolución histórica de la guitarra, mi instrumento de toda la vida, aunque llevo varios años sin tocar por un accidente, recuerda.
En Madrid asistió a Expomúsica, un evento nuevo pero considerado esencial para el desarrollo de la música y de aquí viaja a Barcelona para otro homenaje (el Llobet) por la obra integral de toda la vida.
Cuando peinamos canas y estamos cerca de irnos a otro lado de visita definitiva, bromea, empiezan a hacernos homenajes.
En cuanto a planes futuros apunta que tras seis años de organizar un festival de música de cámara en Cuba, muy querido y muy resonante, ya no es posible seguir manteniendo esa estructura y ahora se propone iniciar otro periplo.
Este nuevo festival, agrega, comienza con un proyecto de la musicóloga Isabelle Hernández, la directora de la oficina que lleva su nombre, e igualmente incorporará a algunos grandes músicos.
Sobre la denominación Les voix humaines, aclara que en español sería La Voz Humana, pero ello no tiene significación para Cuba, como Las Danzas o Los Tres Golpes de Ignacio Cervantes, que todo el mundo identifica.
Pero Les Voix Humaines, un título barroco del francés Marin Marais, es también un paradigma inevitable y de gran importancia, afirma, y como siempre traeremos las mejores representaciones de ese núcleo cultural: voces, ya sean corales o solistas.
Brouwer adelanta que el proyecto incluirá algunos famosos, pero no por ser célebres, sino por lo que hacen. La motivación constante no es la estrella artística o la figura, sino el repertorio. Será la continuidad del Festival de Música de Cámara de La Habana, subrayó.
Quisiera abundar en esto -explica-, porque cuando se anunció que no se iba a celebrar más algunas personas lo tomaron como críticas al gobierno por falta de apoyo del ministerio de Cultura. En eso hay una exageración.
No se trata de falta de apoyo oficial, sino de urgencias y problemas económicos que tienen montones de países y que en el nuestro está ligado al momento histórico.
Hay tantas problemáticas que inciden en la economía nacional, empezando por el bloqueo de Estados Unidos. Nos falta material. Por ejemplo los teatros están saturados por la operación cultural múltiple que se hace en mi país.
¿Como voy a criticar un país cuyos teatros, que no alcanzan, están llenos de actividad cultural? Ah, el problema está en que nuestro festival ha sido reconocido por todos como muy importante y los teatros no se nos abren en este momento.
Interrogado sobre la actualidad de la guitarra en Cuba, Brouwer considera que se aprecia un renacimiento, luego de un pequeño vacío de algunos años que, en su criterio, se evaporará a partir de lo que se hace en este momento con varios festivales y eventos didácticos.
Creo que eso es importante y saludable, con el aporte de guitarristas de gran prestigio en el país como Jesús Ortega y otros que trabajan con la cantera como Esteban Campuzano y Eduardo Martín, entre otros, en las escuelas municipales, la Casa del Alba en La Habana y el conservatorio Caturla.
Mientras la danza, dice, tiene una continuidad con sus espacios, en Cuba quedó para la guitarra solo la cátedra del Instituto Superior de Arte del maestro Ortega y los otros conservatorios fueron abandonados en parte en la atención que deben llevar, pero esos muchachos siguen enseñando con lo poquito que hay y surgieron nuevos espacios.
Lo importante, afirma, es que hay un auge, se rompió ese vacío y se retoma lo que ha habido en la Unión Nacional de Escritores y Artistas como riqueza viva, una constante de la cultura artística cubana.